Entrevista a Ana Cristina Herreros (Ana Griott) y María Jesús Alvarado
¿En qué consiste el proyecto “Recuperación y divulgación de cuentos canarios”?
Este ambicioso proyecto está auspiciado por la Biblioteca Insular y el Observatorio de Lectura y Escritura de
Gran Canaria que coordina la Consejería de Presidencia, Cultura y Nuevas Tecnologías del Cabildo de Gran Canaria,
y consiste en recoger cuentos de tradición oral en esta isla, esos que se saben porque alguien te los contó porque
alguien se los contó, esos cuentos que perviven con diferentes formas (“variantes” las llaman los filólogos) porque
cada persona que los cuenta les pone algo de sí.
En la isla hay varios trabajos individuales y colectivos ya realizados sobre
este tema, pero de manera aislada, y nuestra intención es reunir el amplio bagaje de
tradición oral de la isla con el fin de que todos los municipios puedan conocerla y beneficiarse,
a la vez que mantenerla y conservarla en el tiempo.
Queremos recoger los cuentos a través de la escuela. Tendremos un encuentro con las maestras y
maestros de primaria de todos los municipios de la isla, en el que hablaremos de cuán importante es la
tradición oral y cómo configura nuestro imaginario y, por ello, nuestra vida; les contaremos algunos
cuentos de su tradición y les explicaremos cómo se recogen los cuentos de los mayores a través de sus
alumnos. Para ello, les entregaremos una encuesta que le darán a los niños y niñas, les indicaremos qué
pueden hacer en el aula con la información y cómo hacérnosla llegar, para clasificar el corpus obtenido y editarlo para su publicación.
¿Qué esperan conseguir con el desarrollo y consecución de este proyecto?
Esperamos que los niños y niñas de Gran Canaria escuchen a sus mayores,
escriban sus cuentos y nos los envíen. Por un lado, se establece una relación de escucha intergeneracional,
y por ello de respeto. Queremos que los niños valoren lo que cuentan sus mayores y que no lo olviden para que
ellos sean los transmisores de su patrimonio oral. Queremos también que los niños sientan que ellos y sus familias son valoradas en
la escuela. Y queremos que la escuela sea el crisol donde sea posible este milagro de la transmisión de lo oral.
Con frecuencia los niños en la escuela y en la sociedad en general son receptores de información; se supone que al ser pequeños solo
pueden recibir de los mayores y aprender. Pero también ellos, desde sus pocos años y su manera de escuchar y de mirar, pueden ser investigadores
y transmisores del patrimonio oral de sus mayores, parte de la cadena de transmisión, de una forma activa y participativa, que es como mejor se aprende y como más ilusiona.
¿Por qué es importante que la recuperación de cuentos se efectúe a través de los niños en las escuelas?
Las escuelas, las maestras y maestros, son un referente importante para los niños y para las familias. Si la escuela
le da valor a lo que saben los mayores, los niños y niñas aprenderán a valorar su tradición oral y a sus mayores.
La escuela no debe perder su importante papel transmisor y unificador del saber popular y científico a la vez. Los padres y
los alumnos deben ver en ella un lugar de encuentro insertado en su sociedad, en su entorno inmediato, abierta al futuro pero
conservando todo lo que de interés se recibe del pasado. Escuela y familia deben ir de la mano siempre para que los niños perciban
que su formación es el objetivo común de ambas instituciones.
¿Qué podrían contarnos sobre la recuperación de historias de emigrantes e inmigrantes en Gran Canaria?
Paralelamente a este trabajo en las escuelas, iremos a los centros de mayores a escuchar a los mayores sus historias de
migrantes: de un pueblo a otro, de una isla a otra, de la península a la isla, o de un continente a otro. Historias propias
o de familiares. Queremos que la gente recuerde que en toda familia ha habido un emigrante para que sea sensible a esto que hoy
les pasa a otros pueblos, como los subsaharianos, y que de pronto también está volviendo a pasarnos a nosotros.
La emigración forma parte de la historia pasada y presente de nuestras islas. Hace unos años éramos nosotros los que salíamos.
Más recientemente nos hemos convertido en lugar de acogida. De un modo u otro, la emigración supone un intercambio de culturas y
desde ese punto de vista es siempre enriquecedora y arrastra también un patrimonio oral importante que vale la pena conocer, compartir y conservar.
¿Hasta qué punto les ayuda en este proyecto la existencia del archivo sonoro de literatura oral realizado por Maximiniano Trapero?
http://mdc.ulpgc.es/cdm/landingpage/collection/asmtloc
Ana:
Que exista un archivo de literatura oral ayuda siempre mucho, pero lo que pretendemos con nuestro proyecto no es recoger,
como hizo Maximiano Trapero, los cuentos directamente de los informantes. Queremos que los cuentos que vamos a recoger y publicar sean
relatos escuchados y recontados por los niños. El objetivo principal no es preservar el corpus de cuentos tradicionales tal cual lo cuenta el abuelo,
aunque también habrá una parte de recogida oral directamente del informante, sino que los niños y niñas den valor a los cuentos que saben los abuelos,
que los escriban, que los recuerden y que los compartan con sus compañeros en la escuela y con nosotras.
Mª Jesús:
El estudio y aportaciones de Maximiano Trapero, así como de otros investigadores de las islas, es muy valioso, pero, como apunta Ana,
es complementario a este. Nosotros queremos que nuestra investigación esté desde el primer momento ligada al papel del niño como elemento
crucial en la cadena de la transmisión oral popular. Con nuestra ayuda, queremos que el niño sea primero coinvestigador, intérprete después, y finalmente transmisor.
¿Qué inquietudes tenía cada una respecto a la recuperación de cuentos? ¿Cómo han llegado a unirse ambas para realizar este proyecto?
Ana:
Yo soy editora desde hace 25 años, narradora desde hace 21 años y escritora desde hace 10, y además codirijo una colección de libros de cuentos
populares en Siruela. También soy investigadora en tradiciones orales desde hace más de 20 años. Mi tesis doctoral fue sobre literatura tradicional y, como narradora, mi repertorio de cuentos se nutre
fundamentalmente de cuentos tradicionales. Esos cuentos que escucho, a los que pongo mi piel, y que luego cuento y recuento. Esos cuentos que llenan mis libros. Con este proyecto he conseguido que tres de mis pasiones: contar,
investigar y editar se fundan en un solo proyecto. Además con una compañera de la talla de María Jesús, poeta, investigadora, cineasta y editora, y excelente amiga ¡Qué más se puede pedir!
Mª Jesús:
Es curioso cómo la vida nos pone en el camino personas y proyectos en el momento adecuado. Ana y yo nos conocemos hace años y hemos intercambiado nuestras inquietudes literarias en muchas ocasiones, y ahora este
proyecto nos une para trabajar juntas en algo que a ambas nos apasiona, como es la tradición oral. Yo me dedico a varias tareas artísticas diferentes, pero si algo destaca de manera común en todas ellas es mi interés por la
recuperación y conservación de nuestro patrimonio oral, por nuestra unión al paisaje cercano y a las tradiciones, y mi preocupación porque la memoria no se pierda. Además he sido maestra durante muchos años y creo firmemente en el papel
fundamental de la escuela para transmitir, junto con la familia, todos esos valores que contribuyen a la formación integral de nuestros jóvenes.
Por último, ¿cuál creen que es la mejor forma de que los padres continúen transmitiendo los cuentos canarios a sus hijos?, ¿cómo explicarles a ellos la importancia de esta transmisión?
Es necesario que los padres se interesen y compartan también en este proceso de recuperación de los cuentos, para que lo valoren y entiendan la necesidad de transmitirlos en adelante.
Por eso no queremos quedarnos con el niño y la escuela, sino que es fundamental incluir también a padres y abuelos. Para ello intentaremos facilitar el encuentro, ya sea en la propia escuela
cuando esto sea posible, en las bibliotecas, centros cívicos o lugares de encuentro del barrio para contarles los cuentos que hayamos escuchado en el pueblo de al lado y para explicarles por
qué es importante conservar eso que es de todos: nuestro patrimonio oral.
Luego, la palabra la tendrán esos niños y niñas, que se ocuparán de escuchar a sus padres y abuelos, y de transmitir esos cuentos, patrimonio
oral de todos los canarios y de la humanidad entera, para que no se pierdan. Si se consigue la participación y contribución de todos, se podrá
hacer un trabajo enriquecedor para todos y especialmente útil y bello para las generaciones futuras.