Entrevista a El Chojín

¿Cómo definirías el tipo de música que haces?

Hola. Lo definiría como un estilo de música en el que la música en sí no es más que el pretexto que sirve para compartir ideas, inquietudes, sentimiento y sensaciones con aquellos que me escuchan. Entiendo, valoro y respeto los estilos musicales que sólo buscan entretener porque sé lo importante que es el entretenimiento, pero yo intento dar un puntito más y ofrecer un lugar de encuentro para las personas que buscan otras maneras de compartir pensamientos.

¿Hasta qué punto el rap urbano bebe de las fuentes poéticas?

Inconscientemente yo creo que del todo. Lo que lleva a escribir a un poeta y lo que mueve a un rapper a hacer lo mismo. Apenas hay diferencia. Ambos buscan una forma de llegar a través de la palabra y la rima; los dos intentan envolver el mensaje de la forma más atractiva posible utilizando la belleza de la palabra y con su musicalidad... La diferencia fundamental quizá esté en la presentación del texto. Los rappers somos más exhibicionistas y llevamos gorra, pero vamos, no hay tanta diferencia.

En concreto, ¿cuáles son las influencias poéticas que se reflejan en tu música?

El abanico es enorme. Desde pequeño he escuchado a mi madre recitar clásicos por la casa mientras cocinaba o hacía las camas, aún lo hace, y me obliga a terminar los versos que ella empieza (Zorilla, de la Barca, Espronceda, Bécquer...) Cuando crecí continué leyéndoles y añadí a Miguel Hernández, Félix Grande, Ángel García López, Francisco José Martínez Morán... montones de ellos.

Con la popularización del rap y hip hop entre los más jóvenes podríamos pensar que el poder de la palabra consigue abrir una nueva puerta de expresión y conexión hacia este sector de la población. Por tu contacto con ellos en las actividades culturales que has desarrollado, ¿cómo crees que se está produciendo esta relación entre los jóvenes y la lectura a través de la música?

La conexión es muy sencilla y directa. El rap es una forma de expresión oral, eso obliga a la utilización de la palabra, y esta se encuentra en los libros. Si quieres ser un buen comunicador debes ser necesariamente un buen lector porque en la lectura están las claves que necesitas. Yo siempre digo que el rap me ha llevado a leer y a escribir mucho más que cualquier profesor de literatura que haya tenido nunca. Cuando escribes (rap o lo que sea) sin darte a penas cuenta empiezas a estar más pendiente de los textos de los demás; los estudias, los comparas con los tuyos y piensas en cómo hubieras redactado tú aquello eso que estás leyendo. Es una especie de maravillosa maldición. Mientras más escribes más lo necesitas, y lo mismo ocurre con la lectura, nunca es suficiente.

¿Podrías contarnos alguna iniciativa que partiera de una biblioteca, y que te haya parecido ejemplar, en la que se relacionara el rap o el hip hop con la literatura?

Lo cierto es que tengo la suerte de haber participado en varias muy interesantes, la verdad. La simple idea de meter el rap en la biblioteca me parece ya sobresaliente porque significa atraer a los libros a montones de jóvenes que terminarán enganchándose a la lectura a través de esta música, pero si tengo que destacar alguna quizá sería la de organizar foros de discusión sobre la obra de autores de rap. Convertir por unas horas una sala de la biblioteca en un lugar de intercambio de ideas sobre los textos y la carrera de un rapper, analizar la literatura de sus escritos, los recursos que utiliza, sus contenidos, etcétera; tal como se hace con otros autores, me parece emocionante (Y tengo que decir que funciona)