Entrevista a Yeray Rodríguez
¿Podrías introducirnos en pocas palabras al mundo del repentismo y las estructuras poéticas que se usan en él?
El mundo de la improvisación oral en verso, por acotar aún más el término repentismo, es un universo amplísimo en cuanto a las lenguas en las que pervive, las estrofas utilizadas y la liturgia que lo rodea. Yo en concreto me he centrado fundamentalmente en el cultivo del punto cubano, que vendría a ser la modalidad que en Canarias y en Cuba tiene el canto de décimas generalmente improvisadas acompañadas habitualmente por la guitarra y el laúd. La décima es una estrofa del siglo XVI que ha alcanzado con gran vigor nuestro siglo y que sigue siendo la predilecta para la improvisación en el ámbito hispánico. Canarias es un territorio rico en tradiciones vinculadas a la improvisación oral en verso y es común en otros géneros, más allá del punto cubano y de la décima, la improvisación de coplas, cuartetas, redondillas o pareados.
De estudiante de Filología Hispánica a repentista. ¿Cómo y cuándo diste ese paso?
Me atreví a intentar ser verseador por primera vez en 1998 cuando era precisamente estudiante de Filología Hispánica. Formaba parte de Calibán, un colectivo especialmente activo formado por estudiantes de Humanidades que gestionábamos una revista, realizábamos programas de radio, lecturas poéticas…. Con motivo de un acto benéfico los compañeros, que sabían de mi pasión por el punto cubano, me convidaron a subirme a un escenario a improvisar versos. Aquel fue el primer paso y aquí seguimos, aprendiendo cada día.
¿Cuáles son las características o conocimientos y experiencia que tiene un repentista para improvisar?
En primer lugar debe tener una desmedida pasión por la palabra y más aún por aquellas que no se han dicho; creo que otra característica deseable es que entienda su oficio como una responsabilidad más que como un privilegio. Además, como podrá imaginarse, son deseables la curiosidad, el ingenio, la memoria, la creatividad….
¿Qué tipo de relación mantienes con las bibliotecas y el fomento de la lectura?
Como filólogo tengo en las bibliotecas uno de los lugares que conforman mi vida profesional. Desde muy pequeño los libros forman parte de mi vida y las bibliotecas vienen a ser un paréntesis lleno de posibilidades en un mundo que a veces nos oscurece los días. Me preocupa, evidentemente, el fomento de la lectura, pero creo que el asunto tiene mayor calado. Debe preocuparnos el fomento del lenguaje verbal en toda la extensión del término. Vivimos tiempos en los que muy pocos ponen palabras que muchos ni dicen ni sienten. Me preocupa que los míos lean pero también que hablen y, más aún, que escuchen.
¿Nos podrías recomendar alguna lectura para introducirnos en la tradición oral de Canarias y/o la improvisación?
Los trabajos de Pérez Vidal o Maximiano Trapero pueden y deben ser un interesantísimo pórtico no solo para adentrarse sino para profundizar en la tradición oral canaria. Me atrevo a recomendar también al cubano Alexis Díaz Pimienta, que es a mi juicio el gran teórico de la improvisación oral en verso en el actual concierto hispánico y que conoce en profundidad la realidad de la tradición en Canarias.