Santiago Gil
Para cocinar una novela se requiere primero que nada la lectura de muchas otras novelas que también fueron
cocinadas con las lecturas de otras muchas novelas. Solo los lectores de novelas terminan escribiendo novelas. Por tanto, el único ingrediente imprescindible es la lectura.
La poesía también está dentro de la novela, y el ensayo, y el lenguaje teatral, y la jerga bloguera, y
las voces de la calle. Una novela es un mundo que no se entiende sin mirar al mundo y sin escuchar cómo habla.
Luego pueden añadirse unas dosis de emoción, una mirada irónica, tierna, compasiva o mordaz a lo que nos
rodea y cuantas estructuras sean necesarias para hacer creíbles las historias. Lo demás, como todo lo que
realmente merece la pena, es esfuerzo, horas y horas de trabajo y algún que otro desfallecimiento.
Y por supuesto está la música, lo que suena y embruja con la melodía que sepamos llevar a las palabras.
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