Los artistas siempre han sido de los primeros usuarios de las nuevas tecnologías, desde Alberto Durero y su utilización de la imprenta en el siglo XVI hasta los experimentos de Nam June Paik con el vídeo en la década de 1960. En 1994, la llegada de internet como medio popular fue el catalizador de un movimiento artístico global que comenzó a explorar las posibilidades culturales, sociales y estéticas de nuevas tecnologías de comunicación tales como la web, las cámaras de vigilancia, los teléfonos inalámbricos, los ordenadores portátiles y los mecanismos GPS. Este libro contempla el arte y las nuevas tecnologías como un movimiento artístico específico e histórico, enfocado no sólo a tecnologías y formas, sino también a contenidos temáticos y estrategias conceptuales. El arte y las nuevas tecnologías implican a menudo apropiación, colaboración y compartir libremente ideas y expresiones, considerando frecuentemente las ramificaciones políticas de la tecnología en torno a cuestiones de identidad, comercialización, privacidad y dominio público. Muchos de estos artistas son profundamente conscientes de sus antecedentes histórico-artísticos, haciendo referencia al Dadá, al Pop Art, al Arte Conceptual, a la Performance y al Fluxus.
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