Tanto sentimos al pulsar la lira
que la pleamar del corazón estalla,
y en mil pedazos se mantiene y gira,
en dulce encanto, tan gentil batalla.
Salieron de mi mente algunos versos
y en mi boca se formaron entre calmas,
palabras dulces, de motivos presos
que fabrica el sentimiento de las almas.
Quedaron libres los deseos sentidos
que escuchaba mi alma enamorada,
y con ellos del amor rendidos
fueron dueños de ese algo que esperaba.
Eso era ayer, sin presentir que hoy
los sentires de nuevo se repiten,
mi corazón no sabe ya quién soy
ni si importa el lugar en donde habiten.
Cual imagen de sereno atardecer,
vuelve el latido del sentir primero,
y acaricio con la mente y con placer
el dulce encanto del amor que espero.
Rosa Rodríguez