Otoño
La última luz de septiembre
prende las lágrimas de los ciervos
antes de que la veda se levante.
Los cazadores limpian las escopetas
y en la ciudad los amantes
preparan su amor para la niebla.
Me duelen las heridas del cuerpo, mi vida,
pronto cambiará el tiempo…
Pronto vendrá con las lluvias
el ave fría buscando
charcas templadas en el sur
como lanzas por el cielo,
y en los jardines el humo de páginas amarillas.
Me duelen las heridas del cuerpo, mi vida,
pronto cambiará el tiempo…
Fiestas de carne en verano,
ahora en otoño
llena de pólvora el campo.
Los venados mirarán
la boca de los rifles
con ojos de terciopelo llorando.
Me duelen las heridas del cuerpo, mi vida,
pronto cambiará el tiempo…
Teje su alfombra la muerte
con hombres y animales,
sin ninguna compasión.
Pero alguna cierva indemne quedará
lejos oculta en un matorral, temblando…
Me duelen las heridas del cuerpo, mi vida,
pronto cambiará el tiempo…
Nuevas hornadas de amantes salvan
sus caricias cuando la metralla
rubrica los cristales; y a mí,
que nada espero de la vida,
septiembre iluminó un as de trébol
y esta canción.
Me duelen las heridas del cuerpo, mi vida,
pronto cambiará el tiempo…
… y a mí,
que nada espero de la vida,
septiembre iluminó un as de trébol
y esta canción.
Me duelen las heridas del cuerpo, mi vida,
pronto cambiará el tiempo…
Sesión amenizada con la versión musicalizada por Amancio Prada y que forma parte de su disco titulado "Navegando la noche".