Tal y como anunciamos, la ganadora del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2012, Laura Gallego, estuvo la tarde del 20 de febrero con muchos de sus lectores en un Salón de Actos del Edificio de Humanidades completamente abarrotado.

Niños, adolescentes, jóvenes, adultos, profesores... el acto se convirtió en un punto de encuentro para todos aquellos apasionados de los libros de esta autora, y también de lectores aficionados a la literatura infantil y juvenil en general, a la literatura fantástica e, incluso, a los juegos de roll.

Porque Laura Gallego ha recibido influencia desde muchos ámbitos, incluyendo la literatura de lugares tan, tan lejanos, como Arabia. Y con esta procedencia respondía a una pregunta hecha por un chavalín, sobre en qué se había inspirado para escribir el libro La leyenda del Rey Errante. Retales de muchas literaturas extranjeras fueron recopilados a través de los años que pasó por la Universidad cursando sus estudios de Filología Hispánica. Y de esta manera, llegó a adquirir conocimientos sobre literatura inglesa, francesa, rusa, alemana, árabe... Todo un saco de conocimientos y sensaciones que, unido a su voraz lectura desde niña, han dado lugar a una trayectoria tan prolífica.

Volviendo al principio del acto, Laura Gallego, de talante tímido pero ya con las tablas de una escritora con 15 años en la profesión, fue presentada por Isabel Pascua Febles, quién recurrió a su faceta de traductora de literatura infantil y juvenil para agradecer a escritores, como Laura, su buena literatura. Y no sólo por crear libros que son devorados por los jóvenes, sino también por dignificar un tipo de literatura que poco a poco va quitándose la etiqueta de "literatura menor" en comparación con la "literatura para adultos".

Una literatura de calidad que Laura ha conseguido desarrollar tras muchos años de ejercicio en medio del anonimato. Comenzó a escribir desde los 11 años, y ya con 14 había completado su primera gran novela. Pero ni esta obra ni otras tantas enviadas año tras año a varios concursos vio la luz hasta que ganó el Premio Barco de Vapor con Finish Mundi en 1998.

"Perdí la esperanza de ver publicados mis escritos, pero nunca las ganas de seguir escribiendo". Por eso, no amedrentaba su pasión el hecho de que sus obras pasaran desapercibidas. Y es que sus palabras son claras y sencillas: "Un escritor no dejará de escribir si realmente escribe por vocación". Así, ella continuó escribiendo y formándose hasta que un certamen, como otro cualquiera de los que había ya probado, llegó a reconocer los años de esfuerzo y el diamante ya tallado y brillante en que se había convertido.

Desde entonces, su carrera de escritora ha sido imparable a ojos de todos. Pero tantos libros no han caído en balde. Ahora, visto lo visto, tras más de treinta libros escritos y con 35 años, dice y afirma en voz alta: "Los jóvenes leen. Si no, ¿qué hago yo aquí?". Y nosotros pudimos corroborar esta sentencia en las sonrisas nerviosas de los chicos y chicas adolescentes que asistieron al acto, en la rueda de preguntas que no pudo dar cabida a todas las manos alzadas que pedían su turno, en las colas que se formaron para la firma de libros final.

Una buena experiencia la que nos llevamos de recuerdo, que bien puede continuar desde su página web. Allí podrán encontrar su biografía, sus libros publicados, y también aquellos que no salieron del cajón del escritorio hasta llegar a su web.

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