Los escritores Antonio Lozano y Alicia Giménez Bartlett fueron en la Casa Museo Pérez Galdós los protagonistas del séptimo encuentro literario programado en el ciclo denominado ‘En este inmenso Atlántico que nos une’, organizado por el Cabildo grancanario con la financiación de la Secretaría de Estado de Cultura del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de España.
Ambos autores se conocieron en la Semana Negra de Barcelona hace unos años, en el evento que reúne a escritores y editoriales que abordan un género que en España tiene gran cantidad de adeptos. Lozano recordó al público asistente que Bartlett lleva treinta años en el panorama literario y que es autora de una extensa lista de títulos, y la escritora anunció al público que, además de la pasión por la literatura, a ambos les ha unido también la docencia, ya que Lozano es profesor de francés y Bartlett dio clases de inglés durante tres años.
“La literatura ha sido un modo de vivir”, dijo la escritora nacida en Albacete hace 63 años, que fue Premio Nadal en el 2011 por su novela ‘Donde nadie te encuentre’. “Nunca fui poeta ni me interesó la poesía. Creo que en mí ha habido dos escritoras: una anterior a Petra Delicado y a la novela negra, que me la tomo como un juego y diversión, y otra no adscrita a ningún género, que es la que me hace ver la vida desde una perspectiva más negativa y dura”.
Lozano reconoció que empezó a escribir tarde y que su impulso “tuvo mucho que ver con la necesidad de comunicar sobre aquellos asuntos que me impactan, como es el caso del drama de la inmigración clandestina o la memoria histórica. En ‘Harraga’ intento meterme en la piel de un emigrante y utilicé la vía del género negro porque encontré que se acomodaba bien a mis pretensiones. El abismo entre los países ricos y pobres es cada vez mayor y, por lo tanto las necesidades de salir de esos países es también mayor, y la percepción que tenemos del otro en Europa empieza a ser preocupante con la irrupción de las tesis y la presión que ejerce la derecha”, señala el escritor nacido en Tánger en 1956. “Mi segunda novela también aborda el tema de la inmigración, y cambié en mi tercera, que aborda una ficción más detectivesca”.
Ambos escritores hablaron de los complejos procesos de documentación que acometen cada vez que escriben una obra basada en hechos reales. “Hay que ser muy rigurosos con los acontecimientos históricos y hay que hacer que encaje bien la ficción con la realidad”, dijo Lozano. “Los escritores somos una gente completamente estúpida que nos complicamos la vida por sistema”, añadió Bartlett, que se refirió a los retos de introducirse en las pieles ajenas de los personajes.
“He tratado con Petra Delicado muchos asuntos terribles, como el de la pornografía infantil, con los que debo distanciarme para no desangrarme, y en la otra versión literaria he disfrutado con cariño, por ejemplo, con ‘Una habitación ajena’, que habla de la relación de amor odio que mantuvo durante 27 años Virginia Wolf y su sirvienta”.
También ambos autores hablaron de Torrente Ballester, por el que sienten mucho afecto y admiración. “Lo conocí cuando pasaban por televisión la trilogía de ‘Los gozos y las sombras’. Era muy facha, pero muy buen escritor. Con la ‘Saga fuga de JB’ pasó por la izquierda a todo el boom hispanoamericano con erudición e imaginación. Siempre me decía: no vemos el mundo de la misma manera porque yo soy gallego y veo el sol cuando nace, y tú lo ves cuando se pone. El Mediterráneo y Galicia son dos mundos muy distintos, me decía. También estábamos en las antípodas en otras muchas cosas”, avanza Bartlett sobre un autor “que celebro y me parece que está un poco olvidado”.
La escritora confesó en primicia a los asistentes al encuentro literario que se encuentra ahora escribiendo un libro que no es de Petra Delicado, que habla de los cambios que ha experimentado la sociedad como consecuencia de la crisis que dura ya mucho y ha sido más ideológica que económica y profunda de lo imaginado. “Ya he escrito 250 páginas. El trasfondo de esa nueva novela aborda la prostitución masculina orientada a mujeres. Un tema sobre el que me han contado cosas, aunque no he realizado investigación de campo pero no lo descarto”, dijo bromeando, “y que concluye en que existen muchos chicos jóvenes educados, cultos y formados que están sin trabajo y su situación los empuja a distintas ocupaciones, uniéndose a mujeres que no han sido apaleadas por la vida que han perdido prejuicios como las ejecutivas de cuarenta años que de repente deciden que no quieren compromisos y que de vez en cuando se dan una alegría. Tampoco sé muy bien cómo va a acabar la historia”, apostilló.
Por su parte Lozano avanzó que está en fase de documentarse sobre el tema de su próxima novela que tratará sobre el tráfico de órganos humanos entre países ricos y pobres. Fue cuando el escritor afincado en Agüimes recordó lo que siempre le decía su madre: “Antoñito, escribes bien , pero a ver cuándo escribes algo bonito”.
Tras el diálogo entre Bartlett y Lozano, el público preguntó a los escritores por el exceso de información y los problemas personales que les haya podido reportar las comprometedoras historias contadas, así como por sus modelos de escritura.