Biblioteca Insular

Pep Bruno

La Biblioteca Insular del Cabildo grancanario impulsa el viernes, día 9 de mayo, una edición más de la sugerente iniciativa ‘Cuentos eróticos por los rincones’, un itinerario de narración oral que se desarrollará a partir de las 23.00 horas por distintas zonas del barrio histórico de Vegueta, con el concurso de los cuatro cuentistas profesionales Pep Bruno, Aurora Maroto, Cristina Verbena y Carles García. 

La mencionada actividad que pretende demostrar desde hace ocho ediciones la capacidad de influjo y deleite erótico que puede tener la palabra, iniciará su periplo en la Plaza de las Ranas, a las puertas del centro bibliotecario gestionado por el área de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos del Cabildo grancanario que coordina Larry Álvarez, para concluir, ya entrada la madrugada, en la Plaza de San Francisco María de León. Para mitigar tanta voluptuosidad y hedonismo literario, el circuito de historias eróticas estará acompañado por una banda dixieland que irá templando los ánimos que vaya imponiendo la noche. Desde la Biblioteca Insular (en este punto del itinerario abrirán el evento todos los narradores) la comitiva se trasladará a la Plaza del Pilar Nuevo sobre las 23.30 horas aproximadamente en donde tocará turno a Aurora Maroto, para luego proseguir con Pep Bruno en la Plaza de Santo Domingo al filo de las 12.00 horas y, más tarde, a las 00.30 horas en la Plaza de San Antonio Abad con Cristina Verbena, para completar el recorrido finalmente a la 1 de la madrugada en la Plaza de San Francisco María de León con Carles García.

Cuando se le pregunta a cada uno de los narradores por el ingrediente principal que debe contener un buen cuento erótico, todos coinciden en destacar cierta dosis de sutileza inteligente. El cuentista de Gudalajara Pep Bruno, asiduo a las actividades orales de la Biblioteca Insular, señala que en los textos tradicionales de este tipo de relatos “no suele faltar el humor, la crítica y, claro está, una buena dosis de carnalidad y de celebración de los días”. Bruno contará en su sesión varios cuentos populares de la tradición europea recogidos en el siglo XIII o XIV.

También el logroñés Carles García optará por cuentos tradicionales de diversas culturales que van desde el canadiense ‘El carrete de hilo’, al portugués ‘Rabaó maldito’, pasando por el sufí ‘Cerrar los ojos’ o el italiano ‘La grulla’. García sostiene que un cuento erótico “debe contener sutileza; debe sugerir más que mostrar (aunque en alguna ocasión también se puede jugar con el exceso para provocar la comicidad). Y por supuesto, contener un final sorprendente. En ese sentido, los cuentos tradicionales contienen todo, ya que se contaban cuando había que ser muy cuidadoso con lo que se decía, de ahí su sutileza y segundas intenciones, y siempre se buscaba la sorpresa en el público, sorprender por lo esperado, con lo no esperado”.

Fotografía de Cristina VerbenaPor su parte, la zaragozana Cristina Verbena, que en su trabajo alterna poesía y narración, presentará, entre otros, un poema de Kavafis y otro de Adrienne Rich, así como un cuento más largo de origen chino y autor o autora anónima que se titula ‘Bella de candor’. Según Verbena un cuento erótico debe celebrar el placer y el deseo. “Debe sugerir, para provocar en quien escucha el deseo de completar la historia con su imaginación y con su cuerpo. Contar cuentos eróticos es un juego, un juego de cosquillas y palabras que perfilan cuerpos, los enredan. Me gustaría que un cuento erótico invitara a la vida, a la risa, al placer”, sostiene.

Algunos de ellos confiesan que se han ruborizado ante la audiencia en alguna ocasión contando relatos eróticos. Como señala Pep Bruno “siempre que cuentas estás desnudo ante el público: nada tapa a la palabra dicha que nos muestra tal como somos, no hay escapatoria. En el caso del cuento erótico es una doble desnudez, pues muestra lo que eres por dentro y por fuera, ya que cuentas desde la propia experiencia, la propia piel. Así las cosas para mí esto no es una cuestión de vergüenza o rubor, sino que se trata de compartir la fiesta y la alegría de la carne, de la risa”, dice.

Como añade Cristina Verbena “todo cuento, cuando lo narras, si de verdad estás en la historia que narras, te produce emociones intensas. Con los eróticos también ocurre. Es más divertido que incómodo”. Carles García confiesa que aún recuerda la ocasión en que en una sesión erótica se percató de que en las primeras filas entre el público había una niña de 8 años. “No me di cuenta hasta bajar la vista. Fue un tormento estar contando con la mirada clavada de la niña. Al final de la sesión me dirigí a los padres y les comente que no era muy adecuada la presencia de la niña y ellos dijeron que no se habían dado cuenta. Cuando se marchaban, la niña se volvió y me dijo, en voz muy alta, “me voy, pero me lo sé todo…”.

En la tradición literaria hispana existe una jugosa corriente de erotismo que ha sido injustamente silenciada. Desde el Arcipreste de Hita hasta José Ángel Valente, pasando por Francisco de Quevedo, Félix María de Samaniego, Rubén Darío, Ramón de Campoamor, Pablo Neruda o Federico García Lorca, ningún poeta o escritor de talla ha dejado de cultivar este tipo de literatura, que no es un subgénero, sino una consecuencia directa de la libertad de espíritu. Desde que el Cabildo grancanario, a través de su Biblioteca Insular, puso en marcha este circuito de cuentos eróticos por los rincones de Vegueta hace ocho años, el éxito de público no ha cesado de crecer. El año pasado casi un millar de personas participaron en esta singular propuesta que se dota de una modesta infraestructura escénica (apenas un foco de luz y un micro para que los narradores puedan amplificar sus palabras), con la que es posible vivir y disfrutar también el casco histórico de la ciudad de otra manera. Cuentistas y cuentos, en definitiva, para todos los gustos y libidos; cuentos, en definitiva, para cada experiencia interior y la manera particular que cada uno tiene de conjugar el deseo.

 

 

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