Casa Museo Pérez Galdós

La escritora Belén Gopegui

La escritora y guionista madrileña Belén Gopegui será la próxima invitada del ciclo literario iniciado por la Casa Museo Pérez Galdós denominado ‘Escritores en la Casa Museo’, que inauguró hace unas semanas el novelista y periodista andaluz Juan Bonilla.

Gopegui estará presente en el mencionado museo dependiente del área de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos del Cabildo grancanario que coordina Larry Álvarez, el jueves 6 de noviembre, a las 20.00 horas. El ciclo ‘Escritores en la Casa Museo’, organizado con la finalidad de acercar al público a la obra y a los intereses de escritores destacados del actual panorama literario español, contempla igualmente la participación del periodista Federico Utrera el próximo día 13 de noviembre.

La escritora de 51 años Belén Ruiz de Gopegui, literariamente conocida como Belén Gopegui, ha publicado este mismo año su novela ‘El comité de la noche’, cuyo argumento se centra en dos mujeres que entradas en la treintena libran una batalla contra el tráfico y la compraventa de sangre. Es su décima obra editada tras los anteriores títulos ‘La escala de los mapas’, ‘Tocarnos la cara’, ‘La conquista del aire’, ‘Lo real’, ‘El lado frío de la almohada’, ‘El padre de Blancanieves’, ‘Deseo de ser punk’ y ‘Acceso no autorizado’. Precisamente ‘La conquista del aire’ fue adaptada al cine en 2000, con el título ‘Las razones de mis amigos’, con guión de Ángeles González-Sinde y dirección de Gerardo Herrero. Tras la adaptación de este título la madrileña intensifica su relación con el cine, co-escribiendo con González-Sinde el guión de ‘La suerte dormida’, también con la dirección de Herrero, y escribiendo en solitario en 2004 el guión de ‘El principio de Arquímedes’. Su tercer filme con Herrero fue ‘Una mujer invisible’.

Deseo de ser punk

A juicio de Gopegui "cuando la literatura predispone a una acción que transforme la injusticia, hace activismo", asegura Gopegui, y cita a Kafka, Carson McCullers, César Vallejo como ejemplos de ello. Considerada una activista literaria, la escritora madrileña ha dirigido cursos que han tenido como objeto reconocer la literatura como instrumento de intervención en la sociedad actual. Participa en la Fundación Robo, en cuya facción literaria denominada Asalto, escribe con frecuencia. “Asalto surge con la idea de generar textos breves a los que acudir, angustias sofocadas que en lugar de conducirnos al hundimiento, movilizasen”, aclara.

Estima que la novela, por su propia constitución, “pertenece a una determinada clase social. Es un género que está prácticamente condenado a contar historias de supuestos sujetos individuales y que engendra un excedente económico. Al final, ¿qué estamos produciendo todos los que estamos trabajando, por así decir, en la semántica? Según Pierre Bourdieu, capital simbólico. Pero a mí me cuesta pensar que ese capital simbólico no sea también capital. Cuantas veces has sido citado, las críticas que te han hecho, se acaba traduciendo en beneficio. Quizá también sea un excedente ideológico. Aunque tengo dudas de que la literatura sea hoy capaz de poner en circulación ideas que entren en conflicto con el discurso dominante”, sostiene.

El comité de la noche

Según la autora “todas las novelas manifiestan, o son, una preocupación ideológica explícita. Lo que ocurre es que cuando esa preocupación es la hegemónica, lo explícito no se ve. El poder de intervención social es muy amplio, la literatura contribuye a naturalizar las condiciones de vida. Y en contra de la frase de Paul Klee que suele citarse -el arte hace visible lo invisible-, la literatura suele contribuir a hacer invisible lo visible: la explotación, por ejemplo. Claro que cuando se pregunta por el poder de intervención social, casi siempre se pregunta en realidad por el poder de intervenir de forma antagonista. Este último poder hoy me parece escaso”.

Romper las fronteras entre lo individual y lo colectivo, lo privado y lo público ha sido el proyecto narrativo de Gopegui. La escritora madrileña no sólo busca describir la realidad, sino reflexionar sobre ella e intentar transformarla.

En su última novela ‘El comité de la noche’ recurre al negocio de las empresas farmaceúticas, el comercio de la sangre y la salud. “Es un tema que también viene de lejos, aquello del fetichismo de la mercancía, del valor de uso y el valor de cambio, vender y venderse. Cierto que, a medida que pasa el tiempo, el capitalismo necesita ampliar mercados y arrasar nuevos límites. Es un proceso de expansión acelerado que, paso a paso, negocio a negocio, invade y ocupa todos los espacios, todas las imaginaciones. Por otro lado, la mayoría de las novelas tratan de un tema común, cómo vivir, y a veces, cómo poder vivir”, dice.

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