Biblioteca Insular de Gran Canaria
La Biblioteca Insular del Cabildo de Gran Canaria (calle Remedios, 7) convoca, el día 4 de febrero, a las 19.00 horas, a los clubes de lectura y el público en general, al encuentro que tendrá lugar con el escritor Alexis Ravelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1971), quien desvelará algunas claves de su última novela publicada, ‘Las flores no sangran’, publicada por Alrevés Editorial.
Ravelo, que publica el próximo mes de febrero con Siruela su última novela titulada, ‘La otra vida de Ned Blackbird’, muy alejada de la novela negra que le ha dispensado el favor de la crítica y los lectures, es una de las plumas más comprometidas y de más éxito de la última generación de escritores canarios. En ‘Las flores no sangran’ narra la historia de “cinco pequeños estafadores y ladrones de pequeña monta”, que deciden dar un salto de calidad y cantidad dentro de su trayectoria al margen de la ley, planificando un secuestro exprés de la hija de un exitoso empresario isleño en Gran Canaria, la isla en la que residen. Ravelo advierte que su novela cuenta «con doce personajes que tienen el mismo peso y la misma importancia» durante todo su desarrollo.
Alexis Ravelo se ha confirmado en los últimos años como uno de los escritores canarios con más proyección de futuro. Ha publicado las novelas ‘Los días de mercurio’, ‘Los tipos duros no leen poesía’, ‘Morir despacio’, ‘La estrategia del pequinés’ y, ahora, ‘Las flores no sangran’, además de los libros de relatos ‘Segundas personas’, ‘Ceremonias de interior’ y ‘Algunos textículos’, junto con numerosos libros infantiles y algunas antologías.
Ravelo ha estado ligado al mundo de las letras desde muy joven. Alumno en talleres de narrativa impartidos por los célebres escritores Mario Merlino, Augusto Monterroso y Alfredo Bryce Echenique, es coordinador de talleres de escritura creativa en centros de enseñanza, bibliotecas y en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria. Guionista de programas infantiles de la Televisión Canaria, actualmente colabora en el programa Hoy por Hoy Las Palmas, de Cadena SER con la sección de animación a la lectura ‘La Buena Letra’.
Al obtener el Premio de Novela Negra de Getafe por ‘La última tumba’, el escritor Lorenzo Silva advirtió que Ravelo venía a demostrar que la novela negra en España era mucho más que Madrid y Barcelona, y que desde Las Palmas de Gran Canaria se podía servir igualmente una historia criminal contundente e importante.
La acción, explica el escritor, “sube en intensidad” a medida que el lector avanza en la lectura de esta “historia de perdedores que se inserta en el corazón de la crisis económica actual”. Ravelo confiesa que “es en el crimen donde encuentro la excepción a ese supuesto orden que oculta los verdaderos motivos de lo que está pasando, de lo que nos está pasando. Como sociedad, pero también como individuos”.
“Soy de los que piensan que un escritor no es un artista, sino un artesano, que su oficio consiste en contar historias y contarlas bien, construyendo con las palabras puentes entre ellos y el lector. Lo que su obra tenga de imperecedera, de absoluta, de universal, no han de decidirlo ni él ni sus contemporáneos, sino aquellos que aún no han nacido y que cruzarán ese puente que es el texto desde el otro lado del tiempo”, admite Ravelo.
“La novela negra no es, por supuesto, el único camino para acercarse a la realidad desde la ficción. Hay otros y muy atractivos. Pero yo le encuentro a lo criminal sus ventajas para hablar de determinadas cosas y de una determinada manera. Otras historias las cuento de otro modo (aunque, cosa curiosa, esas no las lee casi nadie). Sé que habrá quien piense en las novelas de género como novelas menores; en las novelas populares como novelas «no literarias»; en el género negro como en un mero género comercial. Quien así opina suele obviar la dificultad estilística de ceñirse a un paradigma, el origen eminentemente popular del género novelístico y la paradoja de que el éxito comercial de un texto no lo exime de calidad, así como la difusión minoritaria no es prueba alguna de talento”, prosigue el novelista canario.
Su experiencia de lector (de lector de Dürrenmatt, de Thompson, de Highsmith, de Goodis y tantos otros, entre los que están Ibargüengoitia, Vargas Llosa y Carlos Fuentes) le dice que pensar que la novela negra y la literatura se excluyen mutuamente es lo más parecido a confundir lo epatante con lo hepático. “Hay, en fin, muchas clases de tontos y, como dice un buen amigo, el más tonto de los tontos es siempre el tonto culto”, añade.
Como señala el también escritor catalán José Luis Ibáñez Ridao, Premio al Fomento de la Lectura el pasado año y autor de títulos como ‘Nadie debería matar en otoño’ o ‘También mueren ángeles en primavera’, Ravelo es un “escritor con oficio y con una endiablada facilidad para captar la atención del lector y llevarlo por el lado salvaje de la vida, que diría Lou Reed, aunque a Alexis Ravelo, seguramente, le gustaría más una cita salsera con la firma del gran Rubén Blades: “Si naciste pa martillo, del cielo te caen los clavos”.
Con este nuevo título, el propio Ravelo explica que “atrás han quedado muchos meses de trabajo, ocho versiones de un mismo texto que iba menguando un poco más a cada nueva corrección, dos galeradas y muchas dudas sobre cómo había que contar esta historia, cómo continuar contando historias de violencia a lectores cuya capacidad de asombro va desapareciendo titular de prensa a titular de prensa”, dice.
El crítico literario del blog ‘Libro y Literaturas.es’, César Malagón, apunta que Alexis Ravelo mezcla con maestría en ‘Las flores no sangran’ a empresarios con ladrones, a matones con policías, a los bajos fondos con la high class; y todo con una forma de escribir que engancha, pues el lector sabe en todo momento que es mejor no encariñarse con ninguno de los personajes, ya que nadie (salvo Ravelo) sabe lo que le deparará el siguiente capítulo”.
Otro punto a favor de la última novela del novelista canario es, según Malagón, la ambientación. “Los personajes recorren de punta a punta la isla canaria, para goce del lector. Desde Agaete a Las Palmas y de Tafira a Mogán, los personajes luchan para librarse de la espada de Damocles que siempre tienen pendida sobre ellos. Aunque parece que en un sitio tan idílico como el canario, la espada en cuestión no es tan fiera como la pintan”, señala.