Casa-Museo Tomás Morales
La Casa Museo Tomás Morales de Moya celebra en la mañana del día 29 de abril, la sesión denominada ‘Cantacuentos: el mito de La Selva de Doramas’, una iniciativa orientada a más de un centenar de escolares que pretende, a través de autores como Tomás Morales o Cairasco, conectarlos a la riqueza natural, cultural y paisajística del que fuera el frondoso bosque que cubría el norte de la Isla de Gran Canaria, célebre por su exuberancia vegetal y por ser la morada del indígena Doramas.
Impulsado por el proyecto de innovación educativa ‘Cancionero isleño’ la actividad prevista tendrá lugar en la Plaza de Tomás Morales, con la participación de un centenar de alumnos y alumnas del Colegio Agustín Hernández Díaz de Moya y más de una veintena de la Escuela Infantil 'Mi cole de Vegueta’.
‘Cantacuentos: el mito de La Selva de Doramas’ está organizado por el mencionado centro dependiente de la red museística de la Consejería de Cultura del Cabildo, en el marco del programa de actividades denominado ‘Abril Isla Libro’ que dicha consejería ha previsto con ocasión del Día del Libro y del Derecho de Autor.
‘Cancionero Isleño’ propone a los escolares una forma diferente y divertida de aprender a conocer y valorar el patrimonio natural, cultural y paisajístico de Canarias. Se trata de un recurso didáctico y de entretenimiento dirigido a los niños y niñas partiendo de la exhibición de materiales audiovisuales que combina la animación 2D con imágenes de paisajes y localizaciones de Canarias. Entre otros montajes que forman parte de las distintas propuestas de cantacuentos han producido ‘Gara y Jonay’, ‘Guayota, El Maligno’, ‘El lagarto indiano’, ‘La Ballena Borondona’, ‘El Drago Dragón’ o ‘Bombachito’, entre muchas otras.
La Selva de Doramas era un antiguo bosque que cubría el Norte de la Isla de Gran Canaria. En la actualidad queda poco más de un uno por ciento de la extensión antigua de este bosque. Solo quedan núcleos aislados como Los Tilos de Moya, el Brezal del Palmital, Barranco del Laurel y Osorio, este último, lleva a cabo por parte del Cabildo de Gran Canaria importantes tareas de repoblación forestal.
La literatura ha sido la encargada de dar carta de naturaleza estética y de mitificar este espacio histórico a lo largo de los tiempos. El primer autor que nombra las excelencias de ese espacio natural es Bartolomé Cairasco de Figueroa (1538−1610), quien ya en su obra ‘Comedia del recibimiento’ (1582) hace una descripción poética en versos esdrújulos que ha marcado el sentir de numerosos poetas posteriores. En el siglo XX el principal cantor del bosque es el poeta Tomás Morales (1884-1921), que en la composición ‘Tarde en la Selva’ se lamenta de la desaparición física de ese espacio, así como de la pérdida de sus señas de identidad.