Casa Museo Pérez Galdós
El novelista madrileño Lorenzo Silva hablará el día 12 de mayo, en la Casa Museo Pérez Galdós (Calle Cano, 6. Las Palmas de Gran Canaria), de los intereses que inspiran su trayectoria y producción literaria. La intervención del escritor, prevista a las 20.00 horas, se incluye dentro del programa del ciclo denominado ‘Escritores en la Casa Museo’, por el que ya han pasado en los últimos meses los autores Guillermo Busutil, Armas Marcelo, Ángeles Jurado, Marta Rivera, Yolanda Delgado, Melacio Castro o Víctor Álamo de la Rosa, Marina Mayoral, Isabel Medina, Pepa Merlo o Francisco Quevedo.
La entrada al mencionado acto es libre hasta completarse el aforo del salón de actos de dicho centro.
Nacido hace 50 años en Madrid, Lorenzo Silva se inició en la literatura en 1980. Su extensa producción literaria ha sido traducida al ruso, francés, alemán, italiano, catalán, portugués, danés, checo, árabe, inglés y griego. Tras su decisión de abandonar en plena adolescencia la poesía y el género dramático, para los que no sintió que estuviera especialmente dotado, ha publicado hasta la fecha centenares de relatos y artículos, ensayos literarios e históricos, varios libros de poesía, una obra dramática, un par de libros de viajes y veintiséis novelas, entre las que destacan títulos como ‘La flaqueza del bolchevique’ (finalista del Premio Nadal 1997); ‘El lejano país de los estanques’ (Premio Ojo Crítico de RNE en 1998), ‘El alquimista impaciente’ (Premio Nadal 2000), ‘El nombre de los nuestros’ (finalista del Premio Ciudad de Cartagena de Novela Histórica 2002), ‘La marca del meridiano’(premio Planeta 2012 y el Premio de la Crítica de Madrid de ese mismo año) o ‘Suad’ (premio La Brújula 2013). En noviembre de 2014 recibió el Premio de Cultura 2013 de la Comunidad de Madrid, en su modalidad de Literatura.
Como guionista de cine, escribió junto a Manuel Martín Cuenca la adaptación a la gran pantalla de la novela ‘La flaqueza del bolchevique’ por la que ambos fueron nominados al Goya al mejor guion adaptado en 2004, y que ahora también conoce su versión teatral. Desde 2008 es comisario de Getafe Negro, Festival de Novela Policiaca de Madrid.
Conocido mundialmente por sus novelas policíacas protagonizadas por los guardias civiles Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro, el autor ha confesado que le hubiera gustado escribir ‘El astillero’, de Onetti, y que no pudo soportar ‘Paradiso’, que fue incapaz de acabarlo porque le invadió un sentimiento profundo de que tenía derecho a no terminarlo.
"Siempre quise ser escritor, desde los 14 años, pero nunca pensé que pudiera serlo. Me gustaba escribir, e iba acumulando novelas en un cajón. Publiqué el primer libro en una editorial que no lo pudo distribuir y pensé que no, que no iba a ser escritor. De ahí salió ‘La flaqueza del Bolchevique’, de las cosas que me iban pasando en la vida. Y fue como un exorcismo, porque pensé que lo que le pasaba a la gente, que renuncia a lo que realmente quiere, no me iba a pasar a mí", señala Silva.
Silva explica que “el mejor momento de emprender algo es cuando uno lo quiere hacer. Esta sociedad está atenazada por el miedo, y no se puede vivir con miedo, porque el miedo te agarrota, el miedo te liquida, y la Historia de la humanidad demuestra que cuando uno pierde el miedo vence a los monstruos. Cuando se está aterrorizado, los monstruos le comen todo el terreno”.
Al escritor madrileño le parece un discurso manido lo de la crisis de la novela. “Todo está en crisis desde siempre: la novela, el hombre, la mujer… Hay una serie de cosas que están en crisis desde siempre y se siguen haciendo; una de ellas es la novela, porque la novela es un artefacto eficaz, dúctil. La novela ha demostrado mucha adaptabilidad. La crisis de la novela me preocupa muy poco: llevo más de treinta años escribiendo novelas. En cuanto a las otras crisis, estamos en una pequeña tormenta perfecta: una caída brutal del consumo en un país depauperado y una redefinición del modelo industrial por la aparición de la dimensión digital. En cuanto a lo primero, crisis económicas se han vivido muchas en este país”, dice.
Según Lorenzo Silva “hay una cosa buena en la novela española actual frente a la de hace treinta años: la falta de complejos. Ahora lo mismo te pueden escribir una novela localista sobre los bajos fondos de Albacete que una novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial. También hay novelas audaces, metaliterarias, y mucha novela clásica, por la vía policiaca o por la vía genérica. Novelas históricas, por ejemplo. En la novela policiaca ha entrado bastante gente que no solo conoce el género, sino que sabe de lo que habla: se han incorporado periodistas, se han incorporado policías”, añade.
Como experto y reconocido autor del género negro, Silva sostiene sobre él que “nunca ha gozado de mejor salud. ¿Por qué? Porque nunca ha habido tanto interés editorial por la novela negra. No siempre ha sido así. Cuando llevé mis primeros manuscritos de novela negra a los editores, el ambiente era hostil. Era un género que los editores no apreciaban. Consideraban que el lector español no tenía suficiente pasión por él y que la novela negra hecha en España era muy complicada. Sí, el ambiente fue plenamente hostil. Hasta que di con la editora de ‘El lejano país de los estanques’”, confiesa.