Biblioteca Insular del Cabildo de Gran Canaria
La Biblioteca Insular del Cabildo de Gran Canaria desarrolla el día 3 de abril, a partir de las 19.00 horas, otra sesión del club de lectura denominado ‘Fronterizos’, ocupándose en esta ocasión del título ‘Nada crece a la luz de la luna’, de la escritora Torborg Nedreaas, una novela publicada por primera vez en Noruega en 1947 y considerada uno de los grandes clásicos modernos nórdicos.
Orientado a un público situado en una franja de edad entre los 18 y los 30 años, dispuesto a devorar un tipo de literatura que actualmente sigue conservando su ADN transgresor con el propósito de ayudarnos a afrontar los desafíos que la sociedad actual exige, el club ‘Fronterizos’ que coordinan Armando Javier Álamo Ramírez y Kevin Jesús Rodríguez Brito, ambos alumnos de Fin de Grado en Lengua Española y Literaturas Hispánicas de la ULPGC, aborda esta obra de Nedreaas, cuyo tema central no es otro que el del amor obsesivo por otra persona, un amor que lleva en sí mismo la destrucción.
El citado libro, leído por distintas generaciones desde entonces, e incluso convertido en obra de teatro y película décadas después de su publicación, está escrito por una mujer de excepcional talento y formación intelectual, cercana al socialismo y de actitudes feministas, que se filtran en su obra sin ambición didáctica y proselitismo militante. La narradora ha sido aclamada por la crítica por la profundidad y la finura de sus análisis psicológicos y por la gran calidad de su escritura, muy poética y de potentes imágenes, muy cercana a las sensaciones y pensamientos de los individuos. Fue profesora de música. Debutó en 1945 con un libro de relatos breves, pero saltó a la fama dos años después con ‘Nada crece a la luz de la luna’. En 1950 obtuvo el Premio de la Crítica de su país y en 1964 el Premio Dobloug.
La historia se inicia de una manera intrigante. En una estación de tren, una mujer con una pequeña maleta roja y el aspecto de no saber qué camino tomar, llama la atención de un desocupado. El hombre entabla conversación con ella ofreciéndose a llevarle la maleta y acaban en casa de él. Entonces la mujer le ofrece su cuerpo o su historia; el hombre elige escuchar su historia y ella empieza a hablar.
Lo que la novela cuenta es esa situación en la que alguien se aferra a la persona amada hasta más allá del amor mismo y, viviendo con lucidez el daño que le ocasiona, continúa ciegamente porque no tiene ninguna especie de antídoto contra ello, porque en realidad lo que sucede es que está desesperadamente sola y la soledad le impide buscar cualquier salida y la llena de odio contra sí misma, un odio que procede de la desesperanza y así entra en contradicción con la realidad. Su inseguridad la hace dependiente y se odia, consciente de ello, pero incapaz de separarse del hombre que causa su desgracia.
La escritora noruega, que posee una capacidad extraordinaria para integrar un paisaje en un drama (en este caso es el paisaje que se corresponde con los recuerdos y los sentimientos y sensaciones que estos traen), es una maestra en generar atmósferas tan dramáticas como sensoriales y llenas de matices, muy crítica con las desigualdades sociales a la vez que atenta a la prodigiosa naturaleza de Noruega.
Literatura de denuncia
Hay que recordar que el Club Fronterizos de la Biblioteca Insular presume de abordar en sus sesiones una literatura cruda y explícita, marcada por un fuerte carácter filosófico que podría impulsar el debate en torno a temas político-sociales muy vigentes en la actualidad, y hacernos reflexionar sobre si la sociedad ha superado o solventado realmente los problemas de desigualdad que existen entorno a ciertos temas y minorías que siguen estereotipadas.
“Hablamos de un literatura que denuncia la violencia estructural que el sistema trata de esconder o absorber en sociedades presuntamente libres y democráticas. De obras que, debido al alto grado de denuncia que contienen, podrían estar cercanas a la ciencia ficción por la época en la que fueron escritas”, señalan sus dos coordinadores, “porque mucha de la literatura elegida ha marcado a infinidad de lectores de diferentes generaciones y, actualmente, sigue teniendo esa frescura rebelde y transgresora que tuvo en su día para afrontar los desafíos que la sociedad actual exige”, concluyen.