El pasado año se cumplió el Centenario de la publicación en Madrid de la primera obra teatral escrita por el poeta modernista Alonso Quesada (1886-1925) en 1922, ‘La Umbría’. El Departamento de Ediciones de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario presenta el día 20 de abril, en la Sala Josefina de la Torre del Teatro Cuyás, a las 19:00 horas, con ocasión de la celebración de Día del Libro, la reedición en forma de facsímil de esta pieza canónica de la literatura canaria, en la que están presente algunas de las mejores cualidades estilísticas del verso y de la prosa de Quesada.
El acto contará con la presencia de Francisco José Bravo de Laguna, director insular de Cultura del Cabildo grancanario, el director de escena Quino Falero y del doctor en Filología Hispánica, Bruno Pérez.
Ahora, con la reedición del facsímil ‘La Umbría’, el Cabildo grancanario cierra de alguna manera el programa de actos ‘Creando La Umbría’ que dedicó el pasado año al centenario de la publicación de dicho título, que incluyó un proyecto escénico multidisciplinar que concluyó en noviembre con el estreno en el Teatro Cuyás del montaje de danza contemporánea inspirado en la mencionada pieza teatral bajo la dirección de Quino Falero.
Alonso Quesada publicó ‘La Umbría’ en 1922 en la editorial madrileña Atenea, edición que tuvo que costearse y que saldría a la venta por un precio de 4 pesetas de la época. Desde entonces no fue hasta 1974 que el Cabildo grancanario lanza una segunda edición, con portada elaborada por el pintor Pepe Dámaso, que posteriormente se incorpora a la Biblioteca Alonso Quesada presentada por Lázaro Santana, editada asimismo por el Departamento de Ediciones del Cabildo en las diferentes publicaciones realizadas para el volumen de teatro, de 1976 y en su reedición de 1986. Por último, ‘La Umbría’ volvió a cobrar vida en el volumen IV dedicado al Teatro de la Colección Biblioteca Alonso Quesada, aparecida en 2014. Todas estas ediciones han sido preparadas por el Cabildo de Gran Canaria.
En su primera edición de 1922, ‘La Umbría’ apareció bajo el sello Publicaciones Atenea, como volumen 22 de su colección de autores españoles. Una colección donde Quesada estaría acompañado de figuras tan relevantes como Gabriel Miró, Ramón Menéndez Pidal o Ramón Gómez de la Serna, así como con otros autores a nivel internacional como Óscar Wilde o Dostoyevski.
La edición facsímil respeta todo el interior, teniendo un paginado y un formato similar a aquel primer lanzamiento de hace un siglo de 16,5cm por 12cm en cuya portada se presentaba el título con golpe seco y estampación dorada. Su interior constaba de 223 páginas de texto y ocho de información comercial. La obra incluye también una foto del autor. En la reedición facsimilar se ha utilizado un papel ahuesado que le aporta envejecimiento y un tratamiento digital del texto con el que se ha logrado preservar las características tipográficas de aquella primera edición de 1922. Asimismo, la cubierta rústica replica la textura y los colores de origen y el golpe seco, sobre una cartulina verjurada con solapas dobles.
En el facsímil se reproduce para la ocasión un texto de Lázaro Santana, gran conocedor de la producción de Quesada, quien señala que a raíz de la publicación de ‘La Umbría’, un conocido director de teatro, Lugné-Poe, promotor de l´Oeuvre, sala que atendía en Paris preferentemente al montaje de obras simbolistas, quiso estrenarla allí. Además, Santana recuerda que en 1941 una reducción del texto de la obra fue llevada a la escena por Pancho Guerra, en el teatro Pérez Galdós con decorados de Felo Monzón que constituyeron, según la crítica de la época, “un hallazgo”, y en 1976 Pepe Dámaso realizó una adaptación cinematográfica de la obra.
Alonso Quesada mantuvo una intensa relación con el arte escénico, no sólo como autor sino también como actor. Quesada, influido por el simbolismo francés, Ibsen o Valle-Inclán, ya había usado recursos teatrales tanto en su poesía como en su prosa, aunque es en ‘La Umbría’, complejo poema dramático en tres jornadas, donde se vuelca plenamente con el arte dramático que le permite expresar su complejo y tormentoso mundo interior, y con el que Quesada se emparenta con el teatro simbolista europeo de la época creando obras insólitas en el contexto teatral español contemporáneo, apegado por entonces a un fácil realismo costumbrista.