El Teatro Víctor Jara de Vecindario estrena este viernes, día 6 de octubre, en una única función que dará comienzo a las 20:30 horas, el espectáculo ‘Jondo, del primer llanto, del primer beso’, una creación del gran bailaor gaditano Eduardo Guerrero en la que -desde una concepción muy contemporánea y muy flamenca a la vez-, evoca la figura de Federico García Lorca.
Las entradas para disfrutar de ‘Jondo’, que cuenta con dirección coreográfica de Guerrero, dirección artística del israelí Sharon Fridman y dramaturgia de Triana Lorite, se venden desde los 15 euros tanto en la taquilla del teatro de Vecindario como en la plataforma de venta online www.entrees.es
La mencionada producción de SEDA ha venido recorriendo desde que fue estrenada el pasado año distintos recintos y teatros de España con un indiscutible éxito de público. En ‘Jondo’, el bailaor y coreógrafo de 40 años Eduardo Guerrero da rienda suelta a su talento e inunda el escenario con un ejercicio inspirador, que rebosa experiencia, oficio, técnica y amor por el arte flamenco. Los bellos movimientos escénicos, la danza, el cante, el espectacular vestuario, la música, la iluminación, la dramaturgia… configuran en este espectáculo un sentido viaje de amor al universo lorquiano que se realiza a través de un prólogo, cinco cuadros y un epílogo, en los que se representan algunos de los personajes de la literatura del poeta de Fuente Vaqueros, todos ellos amantes sin ser amados, como Rosita, Don Perlimplín, Mariana, Adela y El Director de El Público.
Con ellos se construyen las historias del montaje, desde un hombre que se transforma en otro hasta morir, pasando por una mujer devorada por el amor o la libertad sexual que puede conducir a la muerte para lograr la eterna vida.
Universo lorquiano
En la dirección musical destaca la propuesta del guitarrista madrileño Pino Losada, que aparece en escena acompañado por el trombón de Jorge Moreno y la batería de Pablo García, así como las voces flamencas de Ana Salazar y Manu Soto. Y un cuerpo de baile compuesto por Mónica Prado, Clara checa, Elsa del Mar Ribas, Irene Flores, Lorena Romero, Nino González y Alejandro Fernández.
La partitura de ‘Jondo’ se compone de un prólogo en el que se introduce al espectador en la fusión de lo que están a punto de ver, para adentrarse en hasta cinco cuadros en los que no faltan poemas del Cante Jondo, cañas y polos, milongas, peteneras, zambras granaínas o seguirillas y serranas.
Eduardo Guerrero se declara un “enamorado” del poeta español más universal, “que nos lleva como muy pocos a lugares dentro de la danza, a esos mundos imaginarios con su naturalidad y lo cotidiano, porque Lorca fue uno de los primeros en comprender el cante jondo y lo que aportaba al baile”. A través de palos diferentes, como la milonga, la bulería, la seguirilla, petenera o tangos, Eduardo Guerrero parece encontrarse a sí mismo en este espectáculo a través de la esencia y la pasión de Lorca. “Parece que este proyecto estaba hecho para mí… Era el momento de estar con Lorca y de que él estuviera conmigo. Es como si yo fuera sus pies y Lorca se subiera al escenario”, explica el bailaor.
Guerrero se rodea en esta creación del talento e impulso creativo de Sharon Fridman, que compone algunos momentos soberbios, de excepcional belleza y trascendencia. La aportación del coreógrafo y bailarín nacido en Israel, con sus apuntes de danza contemporánea y folclore tradicional, enriquece la sugerente idea del gaditano, a la que se suma la dramaturgia que firma Triana Lorite, que dota de una gran cohesión la arriesgada propuesta del espectáculo, con el amor y la justicia social como grandes temas centrales, y donde también aparecen el desamor, la lujuria, la muerte o las relaciones prohibidas. Lorca en esencia…
‘Jondo’ es un espectáculo lleno de escenas e imágenes muy visuales… Un espectáculo cautivador y sugerente, que brilla precisamente porque no ofrece concesiones a la galería. Eduardo Guerrero firma una propuesta compleja y comprometida que termina por atrapar y remover al público por dentro. Con un final apoteósico en forma de soleá por bulerías, que clava al espectador en la butaca hasta dejarlo sin aliento.
Eduardo Guerrero es uno de los máximos exponentes de baile de nuestro país. Su intensa actividad que viene desarrollando desde que hace diez años abandonara la compañía de Eva Yerbabuena para emprender carrera en solitario, está plagada de éxitos. La gran mayoría de sus creaciones son obras vanguardistas en el envoltorio, pero purísimas en su raíz. En los últimos años ha explorado diferentes conceptos en el mundo de la danza para alejarse de las convenciones fijadas y experimentando nuevas performances dentro de artes plásticas y visuales. Es el momento de este gran bailaor que, con una estética actual, un profundo conocimiento de la esencia del flamenco, su talento, su físico y su gran carisma, conmueve y emociona, triunfando allá donde baila. “Ahora todo puede ser posible en el flamenco. Se abren nuevos caminos. Quizá no son definitivos, pero sirven como tránsito para algo totalmente diferente. Las artes se tienen que unir, hermanarse para hacer evolucionar la creación. ¿Por qué no puede pasar eso en el flamenco?”, concluye preguntándose Guerrero.