• Se celebra el día 6 de junio impartido por la técnica superior en integración social, Carmen Ruth Díaz Ali

La Biblioteca Insular celebra el día 6 de junio el segundo de los talleres de sensibilización que abordará la discapacidad visual, que será impartido por la técnica superior en integración social, Carmen Ruth Díaz Ali. “A priori, el tema no tiene una correlación con los otros talleres de sensibilización, pero quise hablar de la ceguera porque es un tema que vivo en
primera persona y soy conocedora de las necesidades y carencias que existen en el colectivo de las personas con discapacidad visual. Quiero que este taller ayude a entender que la discapacidad no es una carta de presentación a la sociedad y que los límites están más en la mente que en las propias barreras físicas”, señala Díaz Ali. 

En el marco del taller se tratarán temas que avanzará a los participantes los tipos y causas de la ceguera, cómo funciona la ONCE y los servicios que ofrece, qué son los bastones y los perros guías y para qué sirven o cómo se debe tratar a las personas con discapacidad visual total o parcial, entre otros.

Para la integradora social la ONCE “es la única organización que tiene un monopolio de ayudas para las personas con discapacidad visual y ciegas totales. Sin embargo, hoy en día la ONCE es una organización que cuenta con un amplio abanico de ayudas para discapacidades, ya no es solo para personas con cualquier problema visual. Es fundamental que se conozcan todas sus áreas de acción, y así evitar caer en el tópico que sólo asocia a los vendedores de cupones a esta organización”, comenta Ruth Díaz. La discapacidad y la exclusión social están muy relacionadas, y afecta a personas con deficiencias o problemas de salud, y a otras que, por múltiples impedimentos, ya sea de índole social, política y económica, no pueden satisfacer sus necesidades básicas o acceder a una ciudadanía social plena. Ahora bien, las personas con discapacidad, en la mayoría de los casos por su limitación física, mental o sensorial y por barreras que la misma sociedad les impone, presentan altos grados de exclusión social toda vez que presentan poco acceso a empleo, educación, accesibilidad a sitios públicos, entre otras desventajas sociales.

“La exclusión laboral es muy notable debido al peso del prejuicio y el estigma. La sociedad considera que las personas con discapacidad visual deben quedar encasilladas en la venta de cupones de la ONCE o cualquier venta de apuestas. Por otro lado, la exclusión social viene en muchas ocasiones de la mano de la sociedad, que considera que las personas con discapacidad deben estar recluidas en un mismo grupo que compartan dicha discapacidad”, comenta la integradora social. 

“Es importante que la sociedad sepa que no se debe tratar de manera especial a las personas con discapacidad. El asistencialismo es un extremo al cual no se puede llegar. El desconocimiento hace que reciban un trato erróneo en ambos extremos (positivo y negativo). Por ello, es importante realizar este tipo de talleres para que las personas sean tratadas como iguales sin tener en cuenta su discapacidad. La única discapacidad es la actitud negativa, y quiero que este lema sea la bandera de mi taller”, comenta Ruth Díaz. 

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