La Consejería de Cultura del Cabildo grancanario y las bibliotecas municipales de la isla solicitarán al Gobierno de Canarias que reactive y dinamice los preceptos a los que lo obliga la Ley de la Lectura y de las Bibliotecas de Canarias, aprobada por unanimidad en el Parlamento Autonómico en 2019.

En el transcurso de una reunión mantenida en la Biblioteca Insular de Gran Canaria entre la titular de Cultura de la Corporación insular, Guacimara Medina, y más de una cuarentena de personas entre las que se encontraban concejales municipales del área de Cultura, técnicos y auxiliares de distintas bibliotecas de la isla, se avanzó una radiografía de la delicada situación
que atraviesan buena parte de los espacios bibliotecarios de Gran Canaria en un contexto de preocupación por la parálisis que experimenta tanto el plan del sistema bibliotecario de Canarias articulado en la mencionada ley, como el propio Pacto Insular por la Lectura y la Escritura de Gran Canaria, impulsado por el Cabildo en el año 2013.

“Las bibliotecas municipales están comprometidas por ley a ofrecer un servicio público de calidad a la ciudadanía en el marco de una sociedad cada vez más plural e inclusiva”, subrayó Guacimara Medina, quien se comprometió a servir de puente con el Gobierno de Canarias para encauzar con el consenso de los municipios grancanarios la situación a la que están sujetos buena parte de los centros bibliotecarios de la isla, y cuya solución podría empezar a vislumbrarse en la reunión que el próximo día 4 de julio mantendrá en la capital grancanaria el
viceconsejero de Cultura y Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Horacio Umpiérrez, con miembros de la Asociación de Bibliotecarios/as y Documentalistas de Canarias.

Los técnicos presentes en el encuentro que tuvo lugar en la Biblioteca Insular lamentaron que la mencionada Ley de la Lectura y de las Bibliotecas de Canarias, siendo una de las más modernas y completas del Estado español, contraste con la patética situación que vive, por ejemplo, el municipio de Ingenio, en el que hace cinco años existían dos bibliotecas y ahora
solo cuenta, tras el cierre de ambas, con una sala de estudio para afrontar las demandas de una población de 30 mil habitantes. “Las bibliotecas no son una ocurrencia, son una necesidad”, “una habitación con estanterías y libros no es una biblioteca” o “son centros hay que entenderlos como refugios para la ciudadanía” fueron algunas de las frases pronunciadas por los asistentes a esta reunión, que tendrá continuidad en el mes de octubre y en la que se presentará la propuesta de un avance de documento con demandas y medidas correctoras dirigido al Gobierno de Canarias. Este nuevo encuentro tendrá lugar tras la celebración de la 26º edición del Encuentro de Bibliotecas Municipales de Gran Canaria que este año se desarrolla en Valsequillo.

 

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