La Biblioteca Insular de Gran Canaria inauguró el pasado 26 de septiembre, a las 18:00 horas, la exposición ‘Unamuno desterrado’, del fotógrafo lanzaroteño Germán Páez, una muestra de 18 fotografías en formato DIN-A2, en la que el autor nos presenta paisajes de la isla de Fuerteventura en la que escritor estuvo confinado por el Gobierno franquista, combinados con fragmentos escritos del poemario de Unamuno “De Fuerteventura a París”.
Hasta el día 18 de octubre podrá visitarse la citada muestra, que podrá visitarse con carácter gratuito de 9:00 a 20:00 horas.
El lanzaroteño Germán Páez, que prosigue trabajando la pintura en pequeño formato, gouache, temperas, collage y últimamente se encuentra obsesionado con la inteligencia artificial, ha visitado frecuentemente Fuerteventura mostrando su interés y admiración por el desterrado Miguel de Unamuno. Su proceso introspectivo de creación le llevó entonces a plantarse una obra que combinara su fotografía y el espíritu de lo que Unamuno escribió.
Ver y mirar
“Así nació el proyecto ‘Unamuno desterrado’, donde superpongo sus versos sobre el paisaje de Fuerteventura. Es un proyecto que tenía aparcado desde hace unos cuantos años y que ahora he decidido exponer mostrando mi visión como artista y sobre lo que creo que representan esos versos. Es mi visión particular. Evidentemente otro artista, con otra visión, podría imprimir o seleccionar unos versos diferentes sobre el paisaje”, comenta el fotógrafo, que empezó a trabajar sobre el arte conceptual y el neonadaismo, inspirándose en Ives Klein y Manzoni.
“Lo que deseo transmitir es que no solo veamos la belleza del paisaje de Fuerteventura y la belleza de una fotografía, sino que combinemos esa belleza con la de sus versos y el homenaje que hace a Fuerteventura, al paisaje y a su gente. Quiero que se combinen las dos cosas, es como una especie de pie de foto donde hago un comentario sobre el paisaje de Fuerteventura hecho por Unamuno. Lo que realmente quiero transmitir es un amor a la literatura y un amor al paisaje de Fuerteventura”, añade.
El artista enfatiza que hay una diferencia entre ver y mirar. “El artista tiene una visión diferente, no porque sea mejor que los demás, ni más listo que nadie. Simplemente porque está entrenado. El artista ve cosas que otros no ven y sabe sacar partido a aspectos que a lo mejor pasan desapercibidos para las demás personas”.
Hoy, obsesionado con la inteligencia artificial, la ha integrado en su obra y comenta “me encanta pintar con palabras, es decir, no es como antes que sacabas una foto y retocabas o elegías que trazos le ponías, que pinceladas dabas; con la inteligencia artificial tú imaginas, defines lo que le quieres decir y al final con las palabras que tú escribes, que son como una poesía salen unas imágenes que pueden ser muy sugerentes e interesantes y eso no impide que yo luego las retoque o decida dejarlas como están si me parecen interesantes estéticamente hablando. Es un camino muy interesante, muy nuevo y no por el simple hecho de que sea inteligencia artificial y te lo haga la IA, sino por la manera como tú se lo planteas, como lo describes, así de paso estás escribiendo… así estás pintando con palabras”, explica Páez.
En 1992 Germán Páez comenzó a interesarse por el Land Art, corriente artística que combina arte y naturaleza, para reflejar la relación entre la tierra y el hombre a través del arte, y la adopta y mantiene como eje central a lo largo de su carrera artística.