Biblioteca Insular de Gran Canaria

Cubierta de la obra de Martí, Que no, que no me muero

La geógrafa, periodista y escritora grancanaria María Hernández Martí, mantendrá el próximo viernes, día 14 de octubre, a partir de las 18.00 horas, un encuentro con los lectores y asiduos al Club de Lectura del Cómic de la Biblioteca Insular (calle Remedios, 7), con la finalidad de intercambiar impresiones sobre su último libro editado, 'Qué no, que no me muero', un cómic ácido e inteligente ilustrado por el dibujante Javi de Castro.

Hernández Martí, de 46 años, que en 2008 había escrito su primer libro, 'Vida tinta', recopila en este álbum ilustrado una serie de relatos sobre la cotidianidad del cáncer, a través de la Lupe, su protagonista de 38 años, que se enfrenta a la enfermedad con el mismo sentido del humor peculiar que aplica al resto de su vida, pero que se encuentra con que de pronto se espera de ella que sea un ejemplo de positivismo y superación. Y que, además, tome batidos de remolacha. Los cuentos que dan lugar a este libro, maravillosamente escritos por María Hernández Martí funcionan como válvula de escape para una protagonista que asiste perpleja ante la incomodidad y las impertinencias de la gente que la rodea. Javi de Castro, el ilustrador que se atreve a traducir gráficamente estos cuentos eminentemente literarios, autor entre otros de 'La última aventura' o 'Sandía para cenar', consigue interpretar la historia con sus magníficos dibujos a través de soluciones compositivas imaginativas y a la medida de los cuentos elaborados por Martí.

La escritora, que asegura que el humor "es la única forma de sobrellevarlo todo, desde una enfermedad a todas las adversidades e incomodidades de la vida", se apresura a puntualizar que el tema del libro no es el cáncer. "El cáncer es el trasfondo sobre el que sucede el libro. El libro va de otra cosa, de la risa y el coraje como mecanismos de supervivencia. Coraje como rabia, no como valentía", señala. Quizás por ello en la contraportada de la edición de Modernito Books se especifica sin rodeos a los lectores: "Si buscan serenidad, rollo zen y buenos sentimientos, aquí no es". La obra contiene 27 capítulos que empiezan por el llamado 'Árbol' y terminan por 'Zoom', ya que la autora ha decidido que la cronología de su historia esté guiada por las letras del abecedario.

"No fue que quisiera relatar mi experiencia personal en 'Que no, que no me muero' ni hacer terapia escribiendo. Cuando lo he necesitado he hecho terapia tal cual, yendo a la psicóloga o a la psiquiatra o a las dos. Cuando me diagnosticaron el cáncer me encontré con la obligación de dar el parte de las novedades médicas diarias a muchas personas a las que quería (sobre todo amigos que se preocupaban). Pero yo no tenía ganas malditas de hablar por teléfono (ni de hablar en general), y menos sobre el número de pinchazos que me habían dado ese día ni sobre el nivel de malignidad de las células", avanza la escritora.

"Entonces -continúa María Hernández- me hice un blog y empecé a escribir breves escupitajos informativos que me liberaran de la obligación de informar a todo el mundo y de escuchar sus condolencias. (Sólo envié el link del blog a la gente mía, de resto el blog no estaba en buscadores ni en ninguna parte). Y se me fue de las manos. Empecé a encontrar historias que contar en los hospitales, a darles vueltas, y pasé de dar el parte en tres líneas a escribir cuentitos. A partir de ese material pude montar el libro después".

Desde ese espíritu inconformista y luchador, Lupe se pone el mundo por montera y se empapa de calle porque "tenía la extrema necesidad de normalidad", sostiene la escritora canaria. "El cuerpo le pide estar tirada en el sofá todo el día viendo Bob Esponja, porque sus personajes están siempre contentos y riéndose. Pero estar tirado en el sofá te debilita y cuando quieres salir no puedes ni con tu alma. Además de que Termita, su perrita alegre y curiosa, la obliga, sabía que abandonarse era perder la partida y no rehúsa a sus paseos por el Parque García Sanabria de camino al Hospitalito". Por el libro desfilan multitud de personajes, ya sean de paso o no, que desdibujan su mundo: Domingo con su Bilblia y las palomas, Josefinita con las largas quimioterapias compartidas o ese Señor Muy Alto y Muy Serio a quien Javi de Castro siempre representa sonriendo, que le customizó una mascarilla pintándole "unos colmillos de vampiresa ensangrentados" y que protagoniza uno de los momentos más divertidos del libro, al apoyar el entierro vikingo que Lupe le propone, pidiendo, como viudo, "poder llevar el casco".

La autora María Hernández Martí

Javi de Castro, un joven leonés que fue nominado en dos categorías en los últimos Premios del Salón Internacional del Cómic de Barcelona por su labor como dibujante en 'La última aventura', usa recursos sorprendentes en momentos puntuales para crear las composiciones siempre al servicio de las historias de Martí, como las empleadas en 'Ojos', capítulo que hay que leer girando el cómic, y las viñetas en forma de abanicos que ilustra la titulada 'Estrógenos', que sirven para mostrarnos de forma muy gráfica algunos de los efectos de la quimioterapia. Como apunta de Castro, los relatos "encajaban perfectamente en mi forma de pensar. Me enfrenté a los mismos deconstruyendo cada uno, a pesar de que no es muy difícil con un material tan bueno. En el caso de María lo era, así que me limité a trasladar lo que ponía a viñetas, añadiendo o sustituyendo los recursos que te proporciona el cómic. Intento que no haya nada gratuito. Aunque forme un todo coherente cada página se consideran unidades independientes trabajadas como tal. Cada vez estoy más contento y me siento más orgulloso con el resultado final", dice.

María Hernández Martí nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1970. Se licenció en Geografía en la ULPGC y se especializó en Ordenación del Territorio y Medio Ambiente. Tras realizar un Máster de Periodismo en El País ha trabajado como redactora en varios periódicos y webs. Hasta el día de hoy se ha mudado 24 veces. En 2008 publicó 'Vida Tinta', su primer libro de cuentos. La autora confiesa que actualmente se dedica más que nada a mantenerse con vida.

El Club de Lectura del Cómic Las Ranas que coordina Luciano Díaz, es una iniciativa que se desarrolla regularmente en la sede de la Biblioteca Insular del Cabildo grancanario, con la finalidad de acercar a sus miembros y público en general, algunos de los valores de los clásicos y novedades publicadas en el panorama del mercado editorial del cómic tanto de carácter nacional como internacional.

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