Casa Museo Pérez Galdós
El novelista catalán y guionista de cómic y cine Andreu Martín (Barcelona, 1949) fue el invitado, junto al grancanario Alexis Ravelo, del tercer encuentro literario que tuvo lugar en la Casa Museo Pérez Galdós, este jueves 27 de febrero.
Tras las anteriores intervenciones de J. Morgan, Miguel Gallardo, Andrés Trapiello y Santigo Gil, la programación de estas citas nos acercó ahora a una figura indiscutible de referencia de la novela policíaca editada en España, Andreu Martín.
El citado autor de 65 años de edad ha recibido premios como el Círculo del Crimen, el VI Premio Pepe Carvalho, y en tres ocasiones el Premio Hammet, concedido por la Asociación Internacional de Escritores Policiacos. Ganó el Premio Fundación Bancaja de Narrativa Juvenil 2006 con 'La nit que Wendy va aprendre a volar', el primero de una serie de novelas policíacas juveniles que ya cuenta con cuatro títulos. Martín se inicio en la novela negra con ‘Aprende y calla’ (1979) y es autor de títulos tan notables como ‘Prótesis’, ‘El señor Capone no está en casa’,’El día menos pensado’ o ‘Barcelona Connection’.
Confiesa que es escritor porque Manuel Vázquez Montalbán escribió ‘Tatuaje’. “Por aquella época yo hacía guiones de cómic, pero después de ‘Tatuaje’ y también de ‘Joc brut’, de Pedrolo, y de ‘Mica en mica s'omple la pica’, de Jaume Fuster, empecé mi primera novela, ‘Aprende y calla’, que se publicó en 1979. Desde entonces Andreu Martín no ha parado de escribir y de publicar. Su extensa obra se ha caracterizado por mezclar historia y género negro. ‘Barcelona trágica’, por ejemplo, se desarrolla durante la Semana Trágica de julio de 1909, y ‘Cabaret Pompeya’ está narrada a través de tres personajes nacidos en 1900.
LA VIOLENCIA NO ES ÉPICA
Martín ha declarado que “el asesinato es siempre cruel y horrible. Desde mi novela ‘Prótesis’ lucho por mostrar que el asesinato, la agresión y la violencia no son alegres coreografías para placer del lector. Quiero que los puñetazos que aparecen en mis novelas le duelan al lector y no le parezcan bien, ni siquiera los que propinan los buenos. La violencia no es épica, no es la solución de nada”.
Sostiene el novelista que “el periodismo es una cosa y la literatura negra es otra. El periodismo enuncia, la literatura destila el hecho y lo convierte en paradigma, modelo de reflexión y análisis”. Valorando su mucha experiencia acumulada, considera que lo que más valora ahora es la "imaginación de la ficción. El realismo es como una bola de hierro enganchada al pie. Cuando escribí Prótesis no me preocupé por el sistema de investigación policial de entonces y Philip Marlowe nunca intentó acercarse a la realidad. Nos rompemos los cuernos para que la ficción supere a la realidad, porque la realidad es inverosímil y la ficción por definición tiene que ser verosímil", explica.
Cuando se le pregunta por qué ha dedicado sus esfuerzos como autor a la novela negra Andreu Martín lo tiene meridianamente claro: “yo destacaría, sobre todo, porque trata de nuestros miedos cotidianos, exorciza aquello que sabemos que puede pasarnos pero deseamos que no nos pase jamás. Y, en el camino, hace la radiografía más descarnada de la sociedad criminal en que vivimos”.
PREFERENCIAS
Sobre sus preferencias en este tipo de literatura del espectro internacional, Martín destaca sin duda a Patricia Highsmith, Michael Connelly y Petros Markaris, a los que suma de la buenísima oferta española a Domingo Villar, Dolores Redondo y Francisco González Ledesma. La crítica ha destacado que con ‘Sociedad negra’ ha regresado el Andreu Martín enfurecido de ‘Prótesis’.
El escritor, que desde hace unos años decidió editar sus propios libros electrónicos sin intermediarios como reacción a la praxis de muchas editoriales que condenan al autor al ostracismo, está convencido de que el “libro en papel y el electrónico convivirán durante mucho tiempo. No son incompatibles, pero la digitalización garantiza una vida más larga y una mayor difusión. Solo el 10% de mis libros está en librerías. El 90% se ha perdido en la noche de los tiempos. Reivindico mi derecho a perpetuar mis novelas a través del formato digital”, explicó en su día cuando se decidió por la autoedición digital.