"Así pues, el centenario echó a andar con sus zameadillas (así llamadas porque a cierta edad rara vez mea uno más lejos de sus propios zapatos) [...] Allan encontró el servicio donde Julius le había dicho. Se puso a hacer pipí y, naturalmente, no todo el líquido acumulado en su vejiga llegó a buen puerto. Algunas gotas, cómo no, aterrizaron dócilmente sobre sus zameadillas"
Crítica
Cuando acudí este año a la feria del Día del Libro no tenía muy claro si adquiriría alguno (principalmente por falta de espacio, nunca se tienen demasiados libros) pero entre los puestos y cientos de obras que encontré hubo una cuyo título me enamoró. Y no pude resistirme a comprar esta novela en cuya portada vemos a un simpático anciano con una dinamita en el bolsillo de la chaqueta.
Las pericias de Allan Karlsson lo convierten en un personaje absolutamente encantador e inolvidable que hará las delicias de cualquiera que se sumerja en las páginas de esta obra. El objetivo del autor durante el relato de una centuria repleta de personajes históricos es claro: hacernos reír. Y vaya si lo consigue. No recuerdo la última vez que un libro logró que avanzara entre sus páginas con una sonrisa permanente en mi rostro o que a la una y media de la mañana tuviera que contener el ataque de risa que amenazaba con sacudirme.
Y es que este desconocido autor sueco llamado Jonas Jonasson nos entrega los momentos más importantes y significativos del último siglo en clave de sátira e ironía social a través de las vivencias de este abuelito que ya se ha ganado un hueco en el corazón de dos millones de lectores. No deja títere con cabeza y gracias a la narración de las aventuras perfectamente hilvanadas de un personaje carismático y creado para ser querido, conocemos el otro lado de la historia y una nada velada crítica hacia esos personajes que influyeron en el curso de los acontecimientos. Desde la Revolución Bolchevique pasando por la creación de la bomba atómica, reuniones con diversos presidentes de Estados Unidos o con el líder comunista Mao Tse-Tung pasando incluso por la época franquista en España. Consigue todo ello sin caer en la rutina o la repetición y manteniendo al lector pegado a su asiento/cama/sofá
Conclusión
He tenido entre mis manos un libro absolutamente delicioso. Nos encontramos ante una historia llena de sorpresas, momentos hilarantes y que aportará una gran dosis de ese humor que parece escasear en los tiempos que corren. Para los amantes de las sonrisas y de la capacidad de reír.
-Lo mejor: el humor a raudales que destila en sus algo más de 400 páginas, así como una buena unión de los diferentes momentos históricos por medio de las peripecias del personaje principal.
-Lo peor: se hace corto, muy corto y te quedas deseando que haya más aventuras que leer
Marta Coria Tudero