Ester Carrillo Benedito
Barcelona (residente en Las Palmas de Gran Canaria)
23 de mayo de 1976
Reencuentro con una musa
Te vi hace apenas dos semanas de cimas y hondonadas
adiviné tus intenciones con sólo sonreírme
pues el sin ser de tu presencia en mi sentir
me trajo perfume de azahar y poemas de niña triste.
Debió ser cómodo el refugio de tu soledad
tal vez amueblado de frases robadas
que aunque quieras ocultarme las razones de tu ausencia
tengo derecho a vivir soñando versos y miradas.
Te busqué en los cantos perezosos de la noche
en la duermevela del olor a sándalo
en la luz incierta de una hoguera
entre las líneas nunca escritas de los cuentos inventados.
En ocasiones meditaba
que volverías cuando ya no te pensara
asumiendo para ello
la carta en blanco de mis pensamientos
la mirada soberbia del momento presente
y el colocón a base de esencias recordadas.
Harta ya de vivenciar
la insistencia del espacio inerte,
aquel que nos desespera y nos vence,
dispuse en ti los océanos del desaire
llené tu boca con las palabras del adiós
inventando el que no fuera yo
la que mereciera tu don
la que escribiera mis altos
o gritara mis bajos.
Ahora vuelves y me recuerdas que sigues ahí
apenas me confías que jamás te fuiste
que eran cosas mías
barreras de prejuicios
banderas de prepotencia
intentos de gustarles sin gustarme,
demostrando una vez más
sin resultar repetitivo
que el poema más bello del mundo
es aquel que describe nuestra esencia
y murmura secretos sensibles al cambio.