El próximo día 3 de marzo, el ambientalista, escritor, antropólogo y empresario teldense, José Luis González Ruano, impartirá en la Casa Museo León y Castillo de Telde, a las 20.00 horas, la conferencia titulada ‘Escritores que viajan’. La mencionada intervención servirá a Ruano para presentar su último libro, ‘Donde anidan los albatros’, una apasionada crónica literaria de cuarenta años de experiencia viajera.
Ruano, que desde hace dos años mantiene abierta en la capital grancanaria su librería Azulia, especializada en literatura de viajes, señala que este libro contiene “los relatos de un mundo primitivo sobre los que gravita, como un ave marina elevada en los océanos, la poesía de los encuentros”. Impulsado por la irresistible necesidad de pensar, González Ruano recorre esta vez el planeta para dejarnos la lectura infinita de los horizontes perdidos, la literatura indudable de la existencia, la estela de un camino natural. Lo escribe Ruano en una de sus crónicas: “Viajar hasta olvidar el camino de vuelta”.
Según el autor, su libro, inspirado en la emoción de una muerte cruel y temprana, es también “la historia de un cazador de islas, el viaje a Ítaca y a Manhattan, a Lofoten y a Pascua, a Alegranza y a Bora-Bora, a las Galápagos y a las Aran, el sueño del volcán verde en Tristan da Cunha, la búsqueda imposible de la tumba de Magallanes, el mito de la cercanía de los tiburones solitarios en la Gran Barrera australiana, la eterna revolución humana en Cojímar y Christiania, el descubrimiento de la tribu de las ballenas en las Azores y el mapa de las enigmáticas líneas de Nasca señalando toda la escritura incontrolable del mar hasta Taiaroa, en Nueva Zelanda, el promontorio final donde anidan los albatros: la odisea perfecta”.
Otro escritor, Santiago Gil, sostiene que José Luis González Ruano, “ha recorrido buena parte del planeta tratando de entenderse en los paisajes, desde las islas Galápagos a las costas de Filipinas, de los Andes hasta las nieves del Ártico, desde el Sáhara hasta las ruinas prehistóricas de la isla de Malta. Y siempre ha entendido el viaje como un libro que nunca acaba. Y cita a Conrad, a Baudelaire o a Stevenson porque sabe que son las imágenes de las palabras y no las de la cámara las que logran eternizar las grandes cordilleras o esos mares cristalinos por los que siguen navegando las ballenas”.
Para Gil, en Ruano observa, sobre todo, “un escritor que sabe mirar todo lo que acontece a su lado, y escribo acontece porque en esa mirada encuentra casi siempre algo grandioso en medio de lo cotidiano, o recorre el camino mirando hacia todos los lados. Los albatros no dejan nunca de volar por donde él pasa, y cuando no están los sueña y los escribe en cualquier página. Decía que Ulises era en su libro ese albatros, pero José Luis también tiene mucho del navegante aqueo y de esas aves que solo saben buscar horizontes lejanos”.