El conjunto de la obra narrativa de Pedro Lezcano (Madrid, 1920 - Las Palmas de Gran Canaria, 2002) configura un mundo, donde lo fantástico convive con el realismo, que nos ofrece una reflexión sobre aquellos elementos que definen al ser humano en su relación con el otro y con la colectividad. Como advirtió en una ocasión el propio Premio Nobel, José Saramago, Pedro Lezcano merece "un lugar en la memoria literaria de la lengua castellana".
El Departamento de Ediciones de la Consejería de Cultura del Cabildo grancanario acaba de publicar el libro 'Narraciones de Pedro Lezcano', una edición al cuidado del catedrático de Lengua Castellana y Literatura en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Gran Canaria, Felipe García Landín, que recoge en sus 168 páginas los cuentos literarios integrados en sus 'Cuentos sin geografía y otras narraciones' y otros textos curiosos como cartas, escritos de juventud y un relato breve inédito.
Landín, también autor de la reciente reedición comentada editada por el Cabildo del poema escénico 'La ruleta del Sur', estrenado y escrito por el poeta Pedro Lezcano hace 60 años, divide en cinco capítulos esta nueva aportación sobre el escritor, una de las voces más sólidas del escenario lírico insular contemporáneo, en los que aborda desde los textos vinculados al llamado realismo mágico a aquellos otros de corte fantástico, pasando por sus relatos de ficción.
A juicio de Landín, "Pedro Lezcano demuestra en todos sus escritos y, particularmente en las narraciones, una voluntad clara de estilo que se manifiesta en el uso del lenguaje literario que recurre a la imagen poética utilizando de forma natural la metáfora y el humor, eso que los isleños llaman socarronería y los estudiosos ironía. Posee el ingenio propio del crítico reflexivo y la claridad didáctica del filósofo que ha vivido en sociedad compartiendo los mismos intereses, las mismas aspiraciones y contradicciones de los hombres y mujeres de su tiempo".
Según el profesor, Lezcano "es sin duda uno de los escritores imprescindibles de la narrativa canaria del siglo XX, aunque su obra poética no siempre deje ver la calidad que posee como narrador".
El grueso de los textos del nuevo libro sobre Pedro Lezcano editado por el Cabildo está articulado alrededor de las once narraciones que en 1968 integraron su obra 'Cuentos sin geografía y otras narraciones', que apareció con ilustraciones de su amigo Antonio Padrón, fallecido ese mismo año sin llegar a ver la edición del libro. Como señala Landín en la Introducción de este libro, Lezcano es consciente en a finales de la década de los sesenta del pasado siglo del panorama literario del momento y participa de la ficción, de lo fantástico y también del realismo.
"Estos cuentos, como ya se ha dicho, no tienen geografía y tampoco tienen tiempo pues poseen "esa relativa intemporalidad que pueden tener las ideas, el humor y la poesía". Las narraciones de Pedro Lezcano participan del realismo social y también de lo fantástico. Encontramos denuncia social y fantasía, con presencia de temas que conoce y ama: la naturaleza, los animales, la ciencia, la filosofía, la isla, el mundo del trabajo, el campo, la ciudad. Van sus narraciones de un realismo social a lo fantástico y extraño", explica Landín.
Felipe García Landín incorpora cuatro textos que podrían encuadrarse dentro del periodismo literario aunque, por su brevedad, se aproximan al microrrelato: 'Microbios', La mosca saharaui', 'Ejecutivos' y 'El canario que se hizo de oro'. Además de los cuentos literarios ya mencionados, se incluyen dos cartas dirigidas a su hermano Ricardo al final casi de su vida en el año 2000 que componen un testamento literario y autobiográfico. La edición se cierra con escritos de juventud aparecidas en la revista SPES del Instituto Pérez Galdós en la sección 'Musas juveniles', que constituyen claramente un ejemplo de periodismo literario y permiten apreciar a un joven inquieto, observador y sagaz Pedro Lezcano que apunta ya maneras de escritor. Finalmente, se incluye un relato breve inédito de la misma época titulado 'Cuento del pasado siglo'.
Literatura comprometida
Pedro Lezcano Montalvo desde muy joven estableció un compromiso con la cultura, las gentes y la geografía de las siete islas. Hasta su muerte, acaecida el 10 de septiembre de 2002, su voz se dejó oír en los centros escolares, en los medios de comunicación, en las universidades, en los barrios de las ciudades y en las plazas de los pueblos defendiendo siempre los valores de la solidaridad, la paz y la libertad como elementos determinantes de las personas.
Como intelectual comprometido, su defensa de la democracia le llevó a ser diputado del Parlamento de Canarias y presidente del Cabildo de Gran Canaria. Como ciudadano del mundo, estuvo al lado del pueblo saharaui y siempre levantó la bandera de la paz con mayúsculas, lo que le llevó a un consejo de guerra en 1967. Pedro Lezcano fue impresor, dibujante, actor, director de teatro y conversador infatigable, portador de un buen humor y socarronería que traslada a algunas páginas de sus libros. Pero sobre todas las cosas, fue una persona honesta y solidaria.
Como escritor manejó con maestría varios géneros. Son de especial altura sus magníficos Cuentos sin geografía y otras narraciones, así como sus relatos Diario de una mosca y La rebelión de los vegetales. En teatro es obligado mencionar el drama Desconfianza, que obtuvo en 1945 el premio de teatro del Ateneo de Madrid, o su obra en verso La ruleta del sur. Sin embargo, en la memoria de todos está el poeta, pues sus versos se han vestido con la música y las voces de Pedro Guerra, Mestisay, Olga Manzano y Manuel Picón, y sobre todo porque supo llegar con ellos al corazón de las personas. Desde que en 1944 apareciera Cinco Poemas, su poesía no ha dejado de recibir elogios de los críticos y estudiosos de la literatura en consonancia con los lectores que nunca han abandonado la lectura de sus versos. Participó en 1947 en Antología Cercada, un poemario en el que sus versos, junto a los de Agustín Millares, Ventura Doreste, José María Millares y Ángel Johan, hicieron historia en el renacer de la poesía solidaria española posterior a la Guerra Civil. Son significativos sus libros Poesía (1945), Romancero canario (1946), Muriendo dos a dos (1947), Consejo de Paz (1965), Romances (1972), Biografía poética (1986). Y en todos ellos aparece su confianza en el ser humano, en la verdad y en la belleza.