¿Qué es Isla de Lecturas?
Es el espacio en el que podrás encontrar información sobre proyectos y programas desarrollados en las diferentes bibliotecas de Gran Canaria así como sobre las bibliotecas públicas de nuestra isla.
Isla de Lecturas nace de un pacto entre diferentes entidades públicas y privadas que han apostado por colocar al libro, la lectura y la escritura en el centro de atención de nuestra vida, como motor de cambio de nuestros hábitos culturales y base sólida para el desarrollo económico y social de Gran Canaria.
Presentamos la entrevista a Mariano Rupérez Pérez gran canario nacido en 1989. Actualmente es Profesor de Lengua y Literatura. Ha sido reconocido en tres ocasiones con el premio de poesía Saulo Torón, gracias a los poemarios Un amor de dieciséis letras, El desván de doble llave y La dulce ausencia de un salero. Además, es autor de obras como Querida mujer desnuda o Los vértices de un mundo redondo. También ha colaborado en diferentes proyectos literarios y antologías, como las tres últimas ediciones de La Espiral Poética por el Mundo y el libro Poesía y Narrativa (tras recibir una Mención Especial en el certamen literario de Juventud Canaria 2008). El punto final de los finales es su primera novela.
¿Crees que la problemática que se presente a la hora de consumir poesía, es el hecho de que la gente no suele llegar a entender lo que el autor transmite?
Si, probablemente, a mi me empezó a gustar, de hecho, cuando conseguí entenderla.
Desde muy pequeños, nos inculcan que debemos entenderlo todo al pie de la letra, tenemos que saber de qué me está hablando el autor, incluso de una manera literal, y en la poesía es más la sensación que te transmite. Es una experiencia más sensitiva, que racional, esto es algo que hay que aprender. La poesía requiere de una reflexión, de un “ver más allá”.
¿Has conseguido este efecto en tus lectores?
Siempre que eso ocurre, conseguir llegar a alguien con un poema, es de lo más grande que te puede pasar como escritor, ojalá, conseguirlo en todos los poemas. Por suerte, sí, he tenido esa fortuna de tener lectores, que se han sentido identificados o emocionados, y eso a uno le llena. Esto depende mucho del poema, pero también del momento en el que se encuentre esa persona.
Últimamente, se habla mucho de un “boom” en la poesía, sobre todo, de poesía juvenil, ¿Lo has notado? ¿Qué opinas sobre ello?
Sí, yo he notado un “boom” en la poesía, pero creo que es una poesía, por así decirlo, más de “andar por casa”, creo que el fenómeno red social, ha ayudado a esto. Creo que se ha llegado incluso a confundir, lo que puede ser una reflexión, más que una poesía.
Si esto ayuda a que los más jóvenes se enganchen a la poesía, estupendo, me parece bien como introducción a ella, pero me daría pena que se quedara ahí.
Coméntanos algún escritor o escritores que te hayan servido de referentes a la hora de escribir.
Garcilaso de la Vega, me descubrió un mundo nuevo, pero, para mí, un poeta muy especial, es Ángel González, me enseñó el tipo de poesía que me gusta, la poesía tan buena que se puede hacer con lenguaje muy sencillo y sin complicaciones, me enseñó, incluso, el conocerme mejor a mí mismo, es de esos autores que te marcan muchísimo.
En la obra de “Querida mujer desnuda” tus poemas siguen un hilo conductor. ¿Por qué decides realizarlo de esta forma?
En mis primeros poemarios, mis poemarios fueron puestos al azar, pero más tarde, empecé a preocuparme un poco más por el orden, quise hacer una poesía un poco mas novelizada, por hacer algo distinto a lo anterior.
¿Fue esto lo que te hizo cambiar y decidirte por escribir una novela?
El hacer una novela, era un proyecto que tenía en mente de hacía tiempo, me encanta la poesía y no solo eso, sino que me resulta fácil, como dice Joaquín Sabina “el verso, te permite escribir borracho a las tres de la mañana, pero la prosa no. La prosa es un trabajo de oficina”. Yo me encontraba en mi zona de confort, me gusta la poesía y la realizo de forma más o menos sencilla, así que quise meterme en el mundo de la prosa. Con “Los vértices de un mundo redondo” jugué un poco con esto, mezclé narración y verso, y en ese intento, me vi medianamente preparado para comenzar una novela.
Los personajes se convirtieron en parte de mi familia, ellos me iban guiando; Fermín, Estoico, Mary, Andrea… los veía como hijos míos, los tenía como personajes reales, y fueron los que me impulsaron seguir.
En el mundo de la poesía se tiende a idealizar el amor. En tu novela podemos notar esto mismo, la idealización del amor, lo expusiste así en la novela a modo de crítica, estabas influenciado por el hecho de ser poeta…
Realmente fue más una crítica, Fermín, es un personaje muy platónico, y de hecho, lo quise hacer así, hasta un punto extremo, hasta que se convirtiera incluso, en una caricatura de sí mismo. Esto es precisamente, porque el amor tan idealizado que siente, el pobre, resulta hasta ridículo, no hay una persona perfecta, no puedes tener ese sentimiento tan lírico, que te plantean las películas de Disney. La vida real no es así, y a personajes como Fermín les viene fatal esta idea.
¿Cómo te ves en la actualidad como escritor?
Sinceramente, nunca me imaginé como escritor, me gustaba escribir, y hubo un momento en que me presenté a un concurso de poesía, el cual, tuve la suerte de ganar. A partir de ahí empecé a publicar, y parece que el hecho de publicar, es lo que te convierte en escritor, y esto tampoco tiene que ser así.
Mi idea es sentir, que cada vez escribo, mejoro y siento que crezco, que hago algo nuevo, me gusta leerme y pensar “he escrito algo que a mí, me gustaría leer”. No tengo grandes aspiraciones, tengo la sensación de que, hoy en día, para que un escritor sea conocido y venda mas, es necesario una parte de autopromoción, el escritor, aparte de ser escritor, tiene una parte comercial que quizá, no se tenía en otras épocas. Reconozco que no es un mundo en el que me sienta muy cómodo, si en algún momento tengo la suerte de ser leído, o que se reconozca mi literatura, me hallare muy orgulloso y encantado.
En la novela “El punto final de los puntos finales” haces reseña a la frase de Charles Bukowski “Escribir sobre las cosas me ha permitido soportarlas”, ¿te sientes identificado con esta cita?
Al principio cuando uno empieza a escribir, es cuestión de supervivencia, vivo en un mundo que no consigo abarcar, mis sentimientos van por un lado, parce que no soy capaz de encajar… y escribir es un mecanismo de defensa, un momento en el que te entiendes mejor a ti mismo, y entiendes el mundo que te rodea. Se empieza así, peros, es cierto que, con el tiempo, aprendes a ,no solo escribir cuando necesitas auto rescatarte, sino también, cuando estas simplemente emocionado, necesitas expresar tus pensamientos y no necesariamente porque te sientes mal, sino porque te sientes cómodo en este medio.
Hay entonces autobiografía en tus obras
Sí, claro, sobre todo en los poemas, unos son más autobiográficos que otros, no en todos hablo de mi. En la novela, por ejemplo, fue diferente, puse mi personalidad en cada personaje, como si me dividiera en trocitos, por eso, que no llego a sentirme identificado al completo con ninguno, pero sí creo, que en cada uno, hay algo de mí.
¿Tienes algún proyecto nuevo entre manos?
Estoy escribiendo un poemario, que está prácticamente terminado. Su título es,” El cirujano cardiovascular que se confesó cleptómano”. Como le dediqué tanto tiempo a la novela, mi último poemario fue en 2014, así que, ya es hora de retomar el mundo poético, aunque realmente nunca lo abandoné. Creo que este nuevo poemario, es mucho más autentico, maduro y variado, y por suerte, es mi poemario favorito, creo que siempre que lo último que escriba sea lo que más me guste, estaré cumpliendo con mi objetivo principal, que es ir creciendo como escritor.