Casa Museo Pérez Galdós
El martes, día 20 de mayo, tendrá lugar en la Casa Museo Pérez Galdós, a las 20.00 horas, otro más de los encuentros literarios incluidos en el ciclo denominado ‘En este inmenso Atlántico que nos une’, que impulsa el área de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos del Cabildo grancanario, con la financiación de la Secretaría de Estado de Cultura del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de España.
En este caso, la escritora bilbaína Marian Izaguirre, autora del superventas ‘La vida cuando era nuestra’ departirá con el novelista palmero Luis León Barreto, autor de uno de los títulos más vendidos y traducidos de la historia de la literatura de las Islas, ‘Las espiritistas de Telde’.
Izaguirre, de 63 años, ha publicado distintas novelas hasta la fecha: ‘La vida elíptica’, ‘El ópalo y la serpiente’, ‘Nadie es la patria, ni siquiera el tiempo’, ‘La Bolivia’, ‘El león dormido’, ‘La parte de los ángeles’ y ‘La vida cuando era nuestra’. La escritora, que reside en Madrid en una casa donde se van acumulando amigos, libros y buena música, ha desarrollado tareas en el campo del periodismo y la publicidad, mientras se dedicaba a la escritura. ‘La vida cuando era nuestra’ es su última novela, un relato tejido con historias dentro de historias que ha gozado de un tremendo éxito incluso antes publicarse en España porque sus derechos fueron adquiridos por numerosas editoriales extranjeras, entre ellas las más prestigiosas europeas como Sperling & Kupfer (Italia), Krueger, de Fischer Verlag (Alemania), Boekerij (Holanda) y Albin Michel (Francia).
El amor a los libros, la lectura y la cultura europea en épocas de la posguerra española son los ejes principales sobre los que se mueve esta historia sobre libreros, editores, lectores y traductores apasionados que se aferran a la religión de los libros para poder seguir adelante. Seres íntegros que resisten en la España triste y gris de los cincuenta, aislada de Europa y que se ilumina con el poder transformador de la literatura y el aire de libertad encarnado en los pocos brigadistas internacionales que se quedaron a pesar de la derrota en un país devastado.
Le decían que escribía como un hombre, aunque la escritora asegura que ni saben cómo escriben lo hombres ni las mujeres. “Yo soy una mujer y mi punto de vista también se dispersa a través de lo que escribo”, dice. “Mis personajes son obreros de la palabra y vivo con ellos en esa patria mientras el tiempo que dura la escritura de esa novela. Y a veces viajamos juntos. Una novela se lleva todas mis energías”.
"Hacer lo que me da la gana con cada libro" es la aspiración de esta narradora que elige "ropa distinta para cada novela". "El estilo puede ser una cárcel y tu mundo creativo no debe colocarse entre rejas por vestir siempre la misma ropa estilística" plantea. "Llevo veinte años publicando y no soy la misma escritora ni la misma persona que cuando empecé; tampoco lo son mis novelas, aunque compartan algunas obsesiones". "Siempre busco un escenarios históricos o desentierro un episodio olvidado de la historia, junto a una parte emocional, intimista que construyo sobre sentimientos". "Me esfuerzo mucho para que jamás se vean los sudores ni los agobios del escritor. En este caso, que no se note los miles de folios sobre las brigadas internacionales que he manejado".
A la hora de escribir sostiene la escritora bilbaína que lo que le interesa son los personajes: “Quiénes son, qué piensan, cómo se van a comportar… El tiempo histórico en el que se desarrolla una historia también me interesa, porque hay veces en las que tienes llamaradas que te alcanzan. Por ejemplo en ‘La vida…’, la posguerra avanzada de los años 50 tiene alguna similitud con la crisis que estamos viviendo. De hecho hay quien me dice que el título ‘La vida cuando era nuestra’ vale para el momento actual. En cualquier momento llega un zarpazo, no sabes de donde, y te hurta parte de la vida. Les ocurrió a los personajes hace seis décadas, y vemos ahora como se extirpan y amputan vidas y recortan derechos, libertades y recursos en una Europa en crisis. Siempre hay manos muy largas dispuesta a robarnos la vida, pero debemos resistir como ellos resistieron", propone la escritora.
Augura Izaguirre larga vida libro, un artefacto milenario que "también resistirá". "Los libros tienen una poderosa carga emocional. No desaparecerán. Resistirán el cine y la radio cuando llegó la televisión". Para Alice, una de las protagonistas de su última novela, “los libros son su religión, como para mí”, dice la escritora. "La única bandera que puedo levantar es la de la palabra, que permite crear mundos y afectos". "Si desaparecieran los libros, el papel y la tinta y fuera imposible escribir, seguiría creando historias en mi cabeza; las trasmitiría de viva voz y escucharía otras" dice Izaguirre evocando ese terrible mundo sin libros que anticipó Truffaut en 'Fahrenheit 451'. "Los libro son ladrillos con los que construimos una vida" agrega Izaguirre evocado a autores como Cortázar, Juan Marsé, Rómulo Gallegos o Salgari, "que me hicieron la persona, la lectora y la escritora que soy".
De la obra creativa y figura de Luis León Barreto dice José Antonio Luján, catedrático de Lengua y Literatura de Secundaria, que “se ha mantenido de manera constante a lo largo de cuarenta años, hecho que lo convierte en un autor relevante en la literatura canaria”. Para el catedrático algunas de las temáticas presentes en la novela de León Barreto se vinculan a hechos históricos, esoterismo, la sociedad rural y el mestizaje cultural, partiendo de lo que puede significar como clave de lectura el uso de la ironía en el lenguaje.
Luis León Barreto nunca ha renunciado a admitir que se ha alimentado “con los grandes escritores del boom americano. Por nuestra idiosincrasia y porque Canarias es un pórtico del Caribe, me parece perfectamente normal que los escritores canarios de mi generación estemos tocados por los monstruos que nacieron al otro lado del océano y que, por otra parte, han aportado una enorme renovación en la novela universal”.
En los ochenta obtuvo el premio de novela Blasco lbáñez, y fue finalista en 1970 del Premio Sésamo de novela corta, ganando en 1976 ganó el premio de novela Pérez Galdós con ‘Ulrike tiene una cita a las ocho’.
Sus libro más conocidos son "Las espiritistas de Telde", Premio Blasco Ibáñez, Valencia, 1981, traducido al rumano, alemán, inglés, italiano y francés; "Ulrike tiene una cita a las 8" (Premio Pérez Galdós 1976), "Crónica de todos nosotros" (Premio Julio Tovar 1970), "La casa de los Picos", "El velero Libertad", "Los dioses palmeros", "¡Mamá, yo quiero un piercing!", "Los enanos danzones", "Carnaval de indianos", "La literatura y la vida", "Memorias de La Palma Edén", "El Neptuno de Melenara", "El Time y la prensa canaria en el siglo XIX", "El Mar de la Fortuna", "El crimen del contenedor", "Los buenos negocios", "Los días del paraíso" (precursora de la novela negra en Canarias, Edit. Orígenes, Madrid, 1988), "La infinita guerra" y "No me mates, vida mía".
Se declara miembro de la Generación de los 70 con Juan José Armas Marcelo, Juan Cruz, Fernando G. Delgado, Víctor Ramírez, Juan M. García Ramos y Luis Alemany, entre otros. Indica que le interesan casi todos los géneros literarios, y figura en diversas antologías, como "Cien años de cuentos (1898-1998) Antología del cuento en castellano", de José María Merino, "Kanarska kratka prica", antología de narradores publicada en Zagreb, Croacia, y "Los mejores relatos canarios del siglo XX", de Juan José Delgado.
El próximo encuentro literario será uno de los más esperados en el calendario del programa ‘En este inmenso mar Atlántico que nos une’. La novelista madrileña Almudena Grandes, una de las autoras contemporáneas más leídas en España, autora de ‘Las tres bodas de Manolita’, conversará con Luis Junco el jueves, día 22 de mayo, mientras que el día 29 de mayo, se espera la presencia de la novelista y guionista madrileña Belén Gopegui, que compartirá mesa con el escritor canario José Luis Correa.