Cuántos escritores no han dejado latente en sus obras el asombro y sus impresiones ante un paisaje hermoso, el sentir del espacio, de la naturaleza en todo su esplendor. Es lo que le sucedió a Miguel de Unamuno cuando visitó la isla de Gran Canaria en 1910, con motivo de ser el mantenedor de los I Juegos Florales de Las Palmas.
La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria nos ofrece la posibilidad de rehacer una de las trayectorias que este famoso escritor de la generación del 98 realizó por la isla, desde Teror hasta Artenara, donde se encuentra un mirador con su nombre, pasando por Tejeda. Se trata de una actividad que aúna el sentido e identidad de un paisaje y su influencia en la literatura, lo cual quedará plasmado en las visitas y la lectura de varios textos que implicarán una mirada exterior como hilo conductor (la de Unamuno) y una mirada interior (otros textos de escritores canarios).
Si te interesa este "binomio paisaje / patrimonio cultural", visita la web de la ULPGC donde encontrarás más información sobre la actividad y un formulario para inscribirte.
…‹‹Subí a Teror, un pueblecito de singular sosiego, que me recordó alguno de los pueblos del Miño portugués. Si no fuera por las palmeras, este árbol litúrgico que parece un gran cirio de quieta llama verde, si no fuese por los plátanos, si no fuese por otras plantas tropicales, esto recordaría a las veces Galicia.
Pero allá en Teror, a cerca de 600 metros sobre el nivel del mar, el aspecto varía. El frondosísimo castañar de Osorio me recordaba más de un rincón de mi nativa tierra vasca. Y allí, en aquel castañar de Osorio, me tendí a la caída de una tarde hasta ver acostarse las colinas en la serenidad del anochecer. Es algo siempre nuevo, algo que siempre parece llevarnos a la fuente de la vida, algo que nos invita dulcemente a confundirnos con la madre tierra.
Era una noche de San Pedro, y al volver del castañar a la Villa brillaban por dondequiera las hogueras en las sombras de las montañas y se oía el resonar de los caracoles marinos (1) mezclados al de las ranas. Y entramos en aquel Teror de sosiego donde tan bien se duerme. Allí en Teror, está el santuario de Nuestra Señora del Pino, la consoladora de las aflicciones domésticas de los canarios. Es una imagen barroca por la indumentaria››.
Miguel de Unamuno Por tierras de Portugal y España