Biblioteca Insular
La poeta y narradora Rosario Valcárcel dirigirá los días 20 y 21 de marzo en la Biblioteca Insular (Calle Remedios, 7, Las Palmas de Gran Canaria) un taller de poesía erótica en el que formulará, entre otros temas, una breve historia del erotismo en la literatura y abordará la confusa diferencia entre dicho concepto y la pornografía.
Valcárcel, que asimismo se detendrá en este taller a analizar el erotismo en el lenguaje poético, asegura que un poema erótico "debe despertar los sentidos, contener pasión y ternura y, sobre todo, belleza".
La escritora grancanaria, que tiene varios libros editados alrededor de la literatura erótica entre los que destacan ‘Del amor y las pasiones' (catorce relatos eróticos, pequeñas historias sobre el deseo, la entrega, el placer, los remordimientos, la búsqueda de lo trascendente más allá del disfruto); ‘El séptimo cielo', o ‘Las máscaras de Afrodita', opina que "para escribir erotismo se necesita mentes sin prejuicios ni temores dispuestas a exponer explícita los deleites sexuales".
Según Valcárcel, su literatura erótica habla del amor, de los cuerpos encontrados, de acontecimientos, del placer del juego, la ironía… "Mi narración libre y desenfadada, de experiencias personalizadas y de las relaciones humanas que sufren metamorfosis, nos habla del sexo como salvación que sale al encuentro de la pequeña muerte y la convierte en aliada de la vida", dice. "Mi trabajo lo definiría como un canto a la libertad, a la vida, a la belleza. Decía Dostoievsky que sólo la belleza salvará al mundo. Yo creo que el sexo puede salvarnos del mundo. Es un antídoto ante las desgracias, ante la muerte".
Para Valcárcel, el erotismo es un producto cultural en el sentido de que lo que importa más en su dimensión es el proceso, más que el resultado final. "Es un producto cultural pero también es emocional. Creo que forma parte del instinto básico: el deseo", puntualiza la poeta, quien estima que un lector que se refugia en la literatura erótica "busca amor, sexualidad, valores, el camino del éxito en la sexualidad, autoconocimiento de gratificación personal, y quizás verse reflejado en lo que lee".
Según la responsable del taller que impulsa la Biblioteca Insular, "la sociedad española ha estado marcada por la religión y los tabúes que se vivía entre el cielo y el infierno impidiendo el influjo de Eros en las artes de la palabra. Además el deseo y el gozo han sido entendidos como sombras pecaminosas y existía una incapacidad para hablar del sexo mismo, de alguna forma se sublimaba". Ahora, afortunadamente, se vive y se siente de otra manera, porque en la sociedad actual todo es erotismo, empleándose en la publicidad, política, medios de comunicación, el cine…"
Algunos conceptos como la autocensura, los prejuicios, la culpa o la desinformación han tallado, según Valcárcel, la literatura erótica sana. En este sentido se atreve a decir que "la sexualidad femenina es un descubrimiento de los años sesenta y, gracias a ese momento, la mujer se hace visible, se despoja de sus prejuicios y expresa sus sentimientos más profundos. El escritor/a de alguna forma cuenta sus experiencias y sus sueños. Hoy la mujer explora y descubre su cuerpo, realiza juegos eróticos, se encuentra libre de la culpa, del pecado. Y creo que hoy, nadie se hace un lío con los conceptos".
Cuando se le pregunta por la vigencia del género erótico al amparo de exitosos títulos registrados por ‘50 sombras de Grey', ‘¿Nos acostamos?', ‘Furores íntimos' o ‘Ellas y el sexo', Rosario Valcárcel estima que "los éxitos masivos de ventas suelen ser el resultado de una buena operación de mercado. Suelen tener una fama fugaz, a veces paralela a la de su autor. El gran público devora a menudo obras, con valores estéticos o no, por el mero hecho de que se hayan convertido en películas o series televisivas. Pero lo importante es que se lea, que se lea casi todo lo que encontramos en nuestras manos porque es el único camino para el aprendizaje y para poder llegar a discernir lo que realmente queremos leer".