Paloma Gómez Borrero ya estaba en Roma cuando la fumata blanca marcó el inicio del pontificado de Juan Pablo II y siguió al Papa en todos sus viajes hasta su desaparición, cuando formó parte de las personas que pudo dar su último adiós a Bojtyla en la sala Clementina, pero a pesar del sinfín de crónicas que realizó, aún quedaron multitud de vivencias en el tintero porque “en minuto y medio no da tiempo”.

 Feria Libro LPGC- Paloma Gómez Borrero y Albert Castillón

Sabía que algún día las escribiría, pero no se lo planteó en vida del Papa, ahora Santo, “quizás por pudor”, sin embargo, nueve años después de su muerte ha visto la luz un libro que ofrecer anécdotas terrenales que si bien no van a descubrir la figura del Papa, asegura con gran humildad, los lectores sí “van a quererlo más”.

Pero es probable que los lectores si descubran el lado más humano del Papa Bojtyla con anécdotas plagadas de humildad, humor e inteligencia que dejó para el recuerdo de quienes lo conocieron y que ahora pasarán a ser legado del gran público también.

Paloma Gómez asegura que no hay que ser cristiano para gozar de su lectura, y es que en uno de sus viajes comprobó con gran asombro que la mayor comunidad que lo recibió fue la musulmana y no pudo resistir preguntar a un joven por el motivo de aquella concentración, a o que el muchacho le contestó que “los musulmanes respetan a los hombres de paz” y consideraban muy importante aquella visita, “fue como una historia de amor”, rememoró con emoción hoy en su estancia en la Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria.

El lector va a notar, prosiguió, “que está hecho con mucho cariño” y ofreció el relato de una amiga violinista con una enfermedad crónica en las manos que sanaron asombrosamente al llevar la Cruz de Cristo al Papa. “No es que sea un milagro, los médicos dicen que si sientes con fuerza” pueden suceder estas sanaciones inexplicables, y lo fuera o no, para su amiga la vida cambió, porque si duro es tener una enfermedad de este tipo para cualquier mujer, más lo era para una violinista.

“Las comisiones de investigación de los milagros son muy duras, basta que un médico piense que no es extraordinario para que el hecho se descarte”, aseguró.

La periodista también contó cómo en los viajes a África sobrevolaban Canarias y la señalaba desde el avión mientras ella exclamaba “no sabe cómo es de dulce” y le recomendaba al Papa su visita, a lo que él respondía “pronto, ojalá pronto”, pero comenzó a enfermar y los grandes viajes fueron cada vez menos, aunque Borrero cree que esta visita “se le quedó en el corazón”.

Para Gómez Borrero, Juan Pablo II fue un huracán y solo la caída del muro de Berlín ya fue suficiente para marcar su pontificado, mientras Benedicto XVI “sembró” con sus extraordinarios escritos, aunque no fuera un Papa de gestos ni titulares, y ahora Francisco con su calidez y cercanía marcará otra época.

Bastaría para ello lograr la Paz en Oriente, aunque Francisco se ha propuesto más cambios y su cercanía “ha caído muy bien”, aunque “ los grandes cambios no conllevan generalmente unanimidad” en el Vaticano y hay miembros “perplejos”.

 

Habrá sorpresas en España

La escritora también se refirió a la Conferencia Episcopal española y vaticinó que puede haber “sorpresas”, pues “habrá cambios” y Francisco “lo está pensando mucho”.

No necesariamente pasarán a la cúpula altos cargos religiosos conocidos, “de pronto un sacerdote que nadie conoce pero él sí” puede ser nombrado dirigente de la Iglesia española, auguró en una visita organizada en Conmemoración de la Bajada de la Virgen del Pino.

Esta jornada de la Feria del Libro también contó con la presencia del periodista y presentador de televisión Albert Castillón, que confesó su admiración por Paloma Gómez Borrero por el cariño y sabiduría que desprende, y presentó su libro “Top secret”, en el que desvela secretos que los medios de comunicación no se atreven a sacar a la luz y que él da a conocer a través de su publicación.

Además, el militar Luís Gonzalo Segura presentó “Un paso al frente”, que trae de cabeza al Ejército español porque destapa sus miserias y sus corruptelas, lo que hizo que al regresar de su último viaje a Canarias fuera llevado al calabozo.

 

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