El acto se celebra el día 4 de diciembre, a las 19:00 horas, con la intervención por videoconferencia del conocido escritor canario y presencial del profesor de la ULPGC, Germán Santana
El día 4 de diciembre, a las 19:00 horas, se presenta en la Casa de Colón la última novela del escritor tinerfeño Alberto Vázquez-Figueroa, ‘1622. El barco de las ratas’ que publicado este mismo año la editorial Herques, narra un hecho histórico acaecido en aguas del Atlántico hace más de 400 años, y del que aún existen misterios no resueltos. El profesor titular de Historia Moderna de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Germán Santana Pérez, será el responsable de presentar el acto, en el que no estará presente Vázquez-Figueroa, que lo hará a través de conexión telemática.
La citada publicación dividida en dos partes bien diferenciadas por el color y el tipo de papel en cada una de ellas, complementada, además, con numerosas ilustraciones, cuenta con un prólogo escrito por Antonio Tejera Gaspar (Catedrático de Arqueología y Premio Canarias) y Cirilo Leal Mújica (escritor e investigador). El novelista canario plantea en la primera los hechos acaecidos durante la travesía realizada por la Flota de Indias (basándose en el documento histórico real), mientras que en la segunda parte (histórica-científica), se relatan los sucesos del fatídico viaje de la mencionada flota y su paso por la Islas Canarias. Esta segunda parte se ha basado en un documento original solicitado a la Biblioteca del CSIC y que ha sido redactada por los investigadores Daniel García Pulido, Jesús Manuel Lorenzo Arrocha y Juan Fco Delgado Gómez.
‘1622. El barco de las ratas’ es un libro en el que se relatan una serie de hechos reales, que han sido objeto de análisis y de investigación histórica, como figura en la segunda parte de la obra. Esta información, bien documentada, ha aportado un conjunto de datos de gran interés, fundamento sobre el que Alberto Vázquez-Figueroa ha escrito la novela de este título, haciendo gala de la gran maestría narrativa a la que nos tiene acostumbrados este creador en su ya larga carrera, como autor de más de cien libros, considerado por ello uno de los novelistas contemporáneos más leídos en España y en el mundo.
Para conocer los entresijos de la expedición de 1622 de la Flota de las Indias, se han consultado las valiosas referencias del cronista carmelita Antonio Vázquez de Espinosa, quien nos relata en su texto una serie de escenas de gran impacto, llenas de crudeza y peligrosidad, producidas por la devastación que sufrieron las embarcaciones, debido al embate de varios temporales, pero, sobre todo, por la invasión de una pavorosa plaga de ratas que aparecieron en las naves. Ratas hambrientas que atacaron a los marinos, a las aves y a otros animales que llevaban a bordo, e incluso a los mismos gatos. Se matarían más de tres mil.
La armada salió de los puertos andaluces en 1621, compuesta por treinta y tres embarcaciones. Hizo escala en las Islas Canarias, como era usual, mientras que a la Península solo regresarían, a finales de 1622, siete embarcaciones. La mala fortuna persiguió a los supervivientes, ya que cuando se encontraban en las cercanías del puerto de Cádiz fueron asaltados por piratas holandeses que merodeaban por aquellas aguas.
De la citada expedición a las Indias quedan aún muchos enigmas por resolver, entre ellos, las razones que inducirían al general Fernando de Sosa, que iba al mando de la Flota, a haberse aventurado a zarpar de La Habana con destino a España en una fecha que coincidía con la temporada de grandes tormentas, comunes en esa época del año. Quedan aún por valorar, además, las pérdidas del cargamento de oro, plata y otras materias primas con las que venían cargadas las naves. Otros muchos enigmas de esa Flota maldita de Indias continuarán enterrados aún por mucho tiempo en las aguas del Atlántico.
Más de 30 millones de libros
Alberto Vázquez-Figueroa nació el 11 de octubre de 1936 en Santa Cruz de Tenerife. Nieto de un farero, su madre nació en la remota isla de Lobos, próxima a la isla de Fuerteventura. Por motivos políticos, se fue a vivir con su tío a la África española en Sáhara occidental, donde pasó los primeros dieciséis años de su vida en el desierto. Su educación, entre pizarras de arena, pupitres a la sombra de palmeras y con un sol infernal y justiciero, pendía exclusivamente de los libros que su tío guardaba en una modesta biblioteca: Stevenson, Julio Verne, Jospeh Conrad, Herman Melville, escritores que contaban historias de lugares exóticos, de vidas como la del pequeño Alberto.
Conserva aún sus cámaras antiguas, las que grabaron el horror y el sin sentido de las guerras y las revoluciones políticas que contó al mundo a través de La Vanguardia y RTVE. Rehuía de las moquetas y las sillas de las redacciones de periódico. Dos meses más tarde de salir de la Escuela de Periodismo en Madrid en 1959, compró un velero con un par de amigos para surcar las turquesas e insólitas aguas de la Polinesia.
Traducido al chino, al búlgaro, al ruso o al árabe, ha vendido 32 millones de libros por todo el mundo, siendo uno de los escritores hispanoamericanos más leídos en las últimas décadas.